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SORPRESAS CADA DÍA
Si nos paramos a pensarlo, no resulta muy lógico que nos haga ilusión una caja de cartón con 24 huecos rellenos de chocolatinas. Existen varios motivos por los que los calendarios de adviento se convierten en un imprescindible.
Si nos paramos a pensarlo, no resulta muy lógico que nos haga ilusión una caja de cartón con 24 huecos rellenos de chocolatinas. Sin embargo, los calendarios de Adviento son un elemento más de la época navideña. Aunque están asociados a una tradición católica, hoy se han extendido a todas partes.
Existen varios motivos por los que los calendarios de Adviento se convierten en un imprescindible antes del 25 de diciembre. Aunque sepamos perfectamente que detrás de cada ventanita hay un trozo de chocolate, nuestro cerebro lo interpreta como un elemento de sorpresa y recompensa. Experimentamos un pequeño pico de dopamina, la hormona del placer.
La dopamina también se libera por el propio contenido del calendario de adviento. Los alimentos muy calóricos suelen generar esta reacción, ya que evolutivamente eran muy necesarios. Por eso al comer el chocolate tenemos esa reacción. Cuando se trata de otro tipo de sorpresas, también liberamos dopamina. Es el mismo proceso que cuando compramos algo.
Aunque la sensación de sorpresa puede ir seguida de un estímulo negativo, con los calendarios de adviento tenemos la seguridad de que será algo positivo y que nos guste. Con esta seguridad, aún se disfruta más la experiencia.