CURIOSIDAD

Qué pasaría en el cerebro si viéramos todo en un único color

Una de las características más llamativas de la vista es la capacidad de adaptación, que puede tener con la luz y que tiene con los colores.

Cuando alguien tiene un color favorito, su armario suele flotar alrededor de este color, siguiendo esa misma gama cromática. Por suerte, en todos lados hay mucha variedad de colores, lo que ayuda a mantener sano a nuestro cerebro, puesto que, si todo fuera monocromático, este se vería dañado.

En el hipotético caso de que solo existiera un color en el mundo, todos acabaríamos perdiendo la capacidad para percibirlo. Cuando la cantidad de luz que recibe el ojo varía, este se adapta para seguir funcionando, pues de igual manera trabaja con el color.

Si bien los ojos perciben lo mismo, la forma en la que el cerebro lo procesa sí que cambia. Esto se debe a que, cuando el ambiente cambia su paleta de colores, la percepción que tiene el cerebro del mismo, también lo hace.

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Un ejemplo es que, si estuviéramos en Marte, en un principio se vería todo con una tonalidad rojiza, pero eventualmente, el cerebro trataría de adaptarse para recibir también una paleta azul o verde. O, por el contrario, si pasáramos la vida debajo del agua, los tonos azulados perderían la intensidad y empezaríamos a ver tonos más parecidos a los que suelen verse en tierra firme.

Esta capacidad de adaptación a los colores que tienen los ojos también se terminaría reflejando en otros aspectos, consiguiendo distinguir mejor algunos tonos que se parecen mucho. Gracias a esto, será posible tener mayor vocabulario para la misma gama de colores. Justo esto es lo que pasa en los países nórdicos con la nieve, que tienen muchas palabras para referirse a ella.