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Todos los días en la mayoría de lugares de trabajo, los compañeros compiten activamente por una cantidad limitada de beneficios, incluyendo subidas de sueldo, promociones, bonificaciones y reconocimiento. Pero una nueva investigación de la Universidad de Washington en St. Louis (Estados Unidos) demuestra que, bastante a menudo, nos quedamos cortos en determinar qué compañeros de trabajo podrían estar fingiendo ante nosotros.
"Analizamos si las personas entendían lo que pensaban de ellos otras personas en el lugar de trabajo. Tú tiendes a saber quién te quiere, pero para los sentimientos negativos, incluyendo la competitividad, las personas no tienen ni idea", afirma Hillary Anger Elfenbein, líder del trabajo.
Elfenbein junto con Noah Eisenkraft de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y Shirli Kopelman de la Universidad de Michigan (EE. UU.), realizaron dos estudios diferentes durante el curso de su investigación.
En la primera, entrevistaron a vendedores de un concesionario de automóviles del Medio Oeste, donde la competencia era normal. El segundo estudio incluyó encuestas de más de 200 estudiantes de pregrado en 56 grupos de proyectos separados. A todos se les hicieron preguntas similares sobre sus compañeros de trabajo y lo que creían que esas personas pensaban de ellos. Cuando se analizaron las respuestas sobre la competencia, los resultados fueron sorprendentes. En resumidas cuentas, los compañeros de trabajo no tenían ni idea de sus cohortes competitivas.
"Algunas personas demuestran su competitividad, pero otros actúan como si fueran un amigo cercano y en el fondo están siendo tremendamente competitivos, ocultando sus verdaderas intenciones", dijo Elfenbein. "Las personas tienen cero idea sobre quién se siente competitivo hacia ellos."
Los investigadores ofrecen dos razones principales para esta desconexión. En primer lugar, la gente tiende a enmascarar los sentimientos de competitividad hacia los demás en un esfuerzo por ser educado; algo que suele ser recíproco.
"La reciprocidad es algo bueno. Te acuerdas de los cumpleaños, haces regalos, compartes experiencias positivas... pero para obtener los beneficios de la competencia, como puede ser una promoción o un aumento de sueldo, no necesitas nada recíproco y cuando no tienes esa sensación, es difícil determinar quién está realmente compitiendo contra ti", aclara Elfenbein.
"Es necesario prestar más atención a lo que la gente hace en lugar de lo que dice", dijo Elfenbein. "Cuando las personas son demasiado educadas para decirte algo a la cara, necesitas una red buena y fuerte que te permita saber lo que realmente piensan los demás". El estudio ha sido publicado en la revista Psychological Science.