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CURIOSIDAD
Es posible saber cuál es el estado del agua solo con el sonido que realiza. Te contamos cómo se produce este efecto y cómo puedes evitar ciertos accidentes, ya que de esta manera no hace falta probarla.
Cuando abrimos un grifo de manos o de la ducha, no necesitamos probar el agua para saber si está caliente o fría. Cuando la escuchamos podemos determinar su temperatura de forma más o menos aproximada pudiendo ser una verdadera ventaja.
Esto se produce principalmente porque su estructura molecular cambia modificando su sonido, permitiendo poder saber cómo se encuentra en líquido sin necesidad de utilizar las manos y evitar distintas lesiones asociadas a la temperatura de los líquidos en cuestión.
Cómo diferenciamos los sonidos
Por lo general, el agua fría tiene un sonido mucho más agudo que el agua caliente. Este fenómeno se produce porque https://cognitivesciencesociety.org/cogsci20/papers/0089/0089.pdf|||las moléculas se colocan de forma diferente cuando la temperatura del líquido es distinta. Cuando el agua está más caliente, el movimiento de las partículas es mucho mayor que cuando esta fría. Esto hace que cambie la distancia entre ellas y las ondas de sonido se propaguen a una mayor velocidad, modificando el sonido producido.
Además, la textura del agua cambia, aunque no lo podamos detectar a simple vista. Los fluidos en general disminuyen su viscosidad cuando aumentamos la temperatura. Por ejemplo, la miel se derramará mucho más rápido cuando más caliente este el producto.
Lo mismo sucede con el agua, aunque en un grifo no la podemos observar. La temperatura del agua modifica su densidad y hasta las moléculas, por lo tanto, resulta muy lógico que también varíe el sonido, y por ello poder identificar la temperatura del agua.