¿Por qué se producen los golpes de calor?

Tras sufrir un inusual y caluroso mes de mayo y ante el verano que está cada vez más cerca, conviene recordar uno de los trastornos que se pueden producir cuando se sufren altas temperaturas. Hablamos del conocido golpe de calor.

Qué es un golpe de calor

Un golpe de calor se da cuando hay una elevación de la temperatura corporal hasta casi los 40 grados como consecuencia de la exposición a altas temperaturas y que se produce cuando los mecanismos que utiliza nuestro organismo para enfriarse, como el sudor y la respiración, dejan de funcionar correctamente.

En ese momento, la persona afectada empieza a sufrir una serie de síntomas cómo dolor de cabeza intenso, fatiga, náuseas, vómitos, sensación de calambres, sudoración excesiva, enrojecimiento de la piel, alucinaciones e incluso pueden llegar a perder la consciencia. Se trata de una situación muy peligrosa que precisa de atención médica inmediata, ya que podría producir incluso la muerte en casos más extremos.

Cómo evitar los golpes de calor

Los golpes de calor pueden evitarse siguiendo unos sencillos consejos que todos podemos llevar a cabo. Según indican los médicos, para evitar llegar a una situación extrema, aconsejan evitar salir de casa en los días y horas donde las temperaturas sean extremadamente altas, tampoco aconsejan la realización de actividades que requieran un esfuerzo físico durante las horas centrales del día y recomiendan esperar a horas donde las temperaturas sean más suaves.

Si se tiene que salir de casa y exponerse al sol por motivos laborales, se recomienda realizar periodos de descanso a la sombra y mantener una buena hidratación, bebiendo agua con frecuencia. No se recomienda en estos casos el consumo de bebidas azucaradas o alcohólicas ya que aumentan la deshidratación.

También desaconsejan comer comidas copiosas y favorecer el consumo de comida fresca como pueden ser las frutas y las ensaladas.

Además, es aconsejable el uso de gorras, sombreros y ropa holgada que transpire para favorecer la sudoración. Hay que evitar que los rayos solares impacten directamente en nuestro cuerpo, por ello las gafas de sol con filtros homologados frente a radiaciones ultravioletas y protectores para la piel de alta protección serán nuestros mejores aliados durante el verano.

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