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Qué tiene en común el funcionamiento de nuestro cerebro con las hormigas

Sorprendentemente los seres humanos nos parecemos a los insectos mucho más de lo que se podría esperar.

Encontrarse con insectos no resulta muy agradable para los seres humanos y menos si descubres que compartimos similitudes con estos animales. Por mucho que temamos toparnos con bichos durante el día a día, no se puede negar que tenemos muchas cosas en común con ellos, especialmente en los procesos de nuestro cerebro que se parecen a algunos de sus comportamientos.

En esto se asemeja el funcionamiento del cerebro humano con las hormigas.

Esto es lo que nos une a humanos y a insectos

Las hormigas, al estar siempre en conjunto, son capaces de actuar como lo hacen las redes neuronales de nuestro organismo. Se organizan para tomar una decisión colectiva que al final repercuta en el bien común de todas ellas. Al mismo tiempo, el proceso que ocurre en el cerebro del ser humano no se encuentra no muy lejos de esta actuación.

Todas nuestras neuronas hacen lo mismo que las hormigas, se entienden al unísono para tomar la mejor decisión y la que ofrezca mayores beneficios para la salud. La diferencia es que nosotros somos un único organismo que está formado por partes interconectadas, mientras que las hormigas son organismos diferentes que actúan todos a la vez.

Tanto las hormigas como el cerebro humano observan las circunstancias del entorno que les rodea y buscan encontrar la mejor solución posible. En el caso de los seres humanos, este proceso mental casi siempre ocurre de forma inconsciente como mucho de los procesos de nuestro cuerpo.

La mayoría de las decisiones las tomamos de manera automática y son fruto de nuestras neuronas, que actúan como un hormiguero para decidir lo que es mejor para el cuerpo.

Es por ello que se dice que los humanos buscamos sin darnos cuenta lo mismo que las hormigas y con el mismo método: maximizar beneficios y reducir costes para conseguir un objetivo.

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