INVESTIGACIÓN CON 66 BEBÉS

En los recién nacidos, las vacunas reaccionan diferente dependiendo si ha sido parto natural o cesárea

La clave está en la microbiota a la que son expuestos durante el parto, según un nuevo estudio de la Universidad de Edimburgo.

Recién nacidojas para Pixabay

La microbiota intestinal (la suma de todos los microorganismos que residen en el tracto intestinal humano) continúa demostrando su influencia en nuestra salud. No solo en la etapa infantil, sino también desde la gestación, cuando la dieta de la madre puede inclinar la balanza de forma positiva.

El microbioma intestinal se configura al nacer y se desarrolla rápidamente durante los primeros meses de vida bajo la influencia del modo de parto, la lactancia y otros factores como la administración de antibióticos y la nutrición. La exposición oportuna a microbios específicos también da forma al sistema inmunológico.

Pero al sistema inmunológico hay que ayudarlo con las vacunas, una protección que se mide por medio de una combinación de inmunidad innata y celular. El problema es que hay una gran variación individual en las respuestas a las vacunas debido a factores como la genética, el sexo, las características perinatales como la edad gestacional, el peso al nacer, los anticuerpos maternos y el tipo de alimentación. Y a estos ahora se suma un condicionante nuevo: la microbiota intestinal también desempeña un papel en las respuestas inmunitarias la suma de todos los microorganismos que residen en el tracto intestinal humano a la vacunación. Esto ofrece un objetivo interesante para mejorar la acción de las vacunas infantiles.

Al tratarse de un conocimiento relativamente nuevo, aún no se había estudiado la relación temporal entre la exposición temprana a ciertos microbios, la composición de la microbiota intestinal y las respuestas posteriores a las vacunas infantiles.

Bebé recién nacido | Pixabay

Ahora un nuevo estudio, publicado en 'Nature', se centra precisamente en esta relación. Un equipo liderado por Debby Bogaert, de la Universidad de Edimburgo, ha evaluado la asociación entre el modo de parto, el desarrollo de la microbiota intestinal en el primer año de vida y las respuestas de anticuerpos contra la vacunación neumocócica en 101 bebés a los 12 meses y contra la vacunación meningocócica en 66 bebés a los 18 meses de edad.

El nacimiento por parto vaginal se asocia con mayores respuestas de anticuerpos contra ambas vacunas. Los resultados del estudio mostraron que los niveles de anticuerpos eran 1,7 veces más altos para los bebés nacidos por parto vaginal en comparación con los nacidos por cesárea. Por ejemplo, entre una gran cantidad de bacterias en el intestino, los altos niveles de dos en particular, Bifidobacterium y E. Coli, se asociaron con una alta respuesta de anticuerpos a la vacuna que protege contra las infecciones pulmonares. Estos hallazgos son clave para el diseño de estrategias que configuren una microbiota intestinal más adecuada para responder a la acción de las vacunas.

Los hallazgos también mostraron que la lactancia materna se podía vincular con niveles de anticuerpos 3,5 veces más altos en comparación con los niños alimentados con fórmula que habían tenido un parto natural. Esto se debería a que los recién nacidos adquieren las bacterias Bifidobacterium y E.coli a través del parto natural y la leche materna les proporciona los azúcares para que estas bacterias prosperen. Este conocimiento también sirve para adecuar las fórmulas con las que muchos recién nacidos se alimentan y para ajustar los calendarios de vacunación según el modo de parto, dicen los autores.

"Creo que es especialmente interesante que hayamos identificado varios microbios beneficiosos como vínculo entre el modo de parto y las respuestas a las vacunas – señala Bogaert en un comunicado– . En el futuro, es posible que podamos complementar esas bacterias para los niños nacidos por cesárea poco después del nacimiento, por ejemplo, mediante "trasplantes fecales" de madre a bebé o el uso de probióticos diseñados específicamente".

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