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SEGUN UN ESTUDIO
Cada vez se detectan más alergias alimentarias y una de las causas podría ser la sobreprotección.
De acuerdo con datos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, un 5% de los menores de edad tiene alergias alimentarias en España. Estas se producen por una reacción del sistema inmune a un determinado alimento: nuestro cuerpo lo identifica como una amenaza y reacciona.
Una de las alergias más comunes es la que involucra al cacahuete y está aumentando en los países occidentales. La prevalencia es aproximadamente del 2% en niños pequeños en América del Norte, el Reino Unido, Europa occidental y Australia. Para algunas personas, incluso pequeñas cantidades pueden provocar una reacción alérgica potencialmente mortal. Esto, además de consejos contradictorios, ha hecho que los padres y madres teman introducirlo en su dieta.
Debido a que afectan a tantos niños y que pueden extenderse a lo largo de toda la vida, la ciencia intenta encontrar soluciones. Una de ellas ha sido alterar la flora intestinal y otra sería no proteger tanto a los niños.
Esto tendría que ver con el creciente número de alergias detectadas en menores. Y es precisamente ese el objetivo de un nuevo estudio que ha concluido que alimentar a los niños con cacahuetes regularmente desde la infancia hasta los cinco años redujo la tasa de alergia al maní en la adolescencia en un 71%, incluso después de muchos años en los que los niños comían o evitaban esta legumbre.
Los nuevos hallazgos, publicados en New English Medical Journal, proporcionan evidencia concluyente de que la introducción temprana del cacahuete en la dieta de los bebés ayuda en la prevención a largo plazo de esta alergia.
"Décadas de consejos para evitar el cacahuete han hecho que los padres teman introducirlo a una edad temprana – explica en un comunicado el líder del estudio, Gideon Lack -. La evidencia es clara: la introducción temprana del cacahuete en la infancia induce tolerancia a largo plazo y protege a los niños de las alergias hasta bien entrada la adolescencia. Esta simple intervención marcará una diferencia notable para las generaciones futuras y hará que estas alergias caigan en picado".
Los resultados forman parte del ensayo LEAP (siglas de Aprendiendo sobre la Alergia Temprana a los Cacahuetes) y, hasta donde sabemos, no hay fondos de ninguna compañía de alimentos involucrada, solo del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID).
Para llegar a esta conclusión el equipo de Lack tomó una decisión arriesgada. Se dividió a los voluntarios en dos grupos. Al primero, sus padres y madres les dieron cacahuetes hasta los 5 años, mientras que a la otra mitad se les pidió que lo evitaran. Los resultados mostraron que la introducción temprana de esta legumbre reducía el riesgo de alergia a los 5 años en un 81%.
Los voluntarios fueron sometidos a un seguimiento desde los 6 años hasta los 12 años o más. En ese periodo, los niños podían optar por comer cacahuete en la cantidad y frecuencia que quisieran. Descubrieron que el 15,4% de los participantes del grupo que evitaba el maní en la primera infancia y el 4,4% del grupo que sí lo comía, desarrollaron una alergia a este alimento a los 12 años o más. Estos resultados muestran que el consumo regular y temprano reduce el riesgo de alergia en la adolescencia en un 71% en comparación con evitarlo tempranamente.
Lo interesante es que, dentro del grupo que sí consumió cacahuetes, las cantidades y la frecuencia variaron, pero el efecto protector se mantuvo a lo largo de la infancia y durante la adolescencia.
"Se trata de una intervención segura y muy eficaz que se puede implementar a partir de los 4 meses de edad - concluye el coautor del estudio, George Du Toit-. El bebé necesita estar preparado desde el punto de vista del desarrollo para comenzar el destete y el cacahuete debe introducirse como una pasta suave en puré. El consumo temprano de cacahuete evitará más de 100.000 nuevos casos de alergia al maní cada año en todo el mundo".