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MUY CURIOSO
El mismo tono de color variaba dependiendo de si se había olido un limón o aroma de café.
Puede que no lo hayas escuchado nunca, pero lo que hueles cambia los colores que puedas ver. Un reciente estudio científico ha investigado más sobre ello para corroborarlo, y lo cierto es que han descubierto, por ejemplo, que un mismo tono de color varía dependiendo de si se había olido un limón o aroma de café. Te contamos los detalles.
La relación entre olor y cerebro aún no está clara. Nuestros cinco sentidos nos dan mucha información todo el tiempo. A veces, nuestro cerebro mezcla esos datos o los relaciona por distintos motivos. Y así, hay quienes son capaces de tener recuerdos vívidos a través del olfato.
Las personas con sinestesia llevan al extremo este enlace de sentidos, siendo capaces de dibujar sonidos o ver poesía en los números. Pero no están solos: el resto de personas también realizamos algunas pequeñas asociaciones de forma inconsciente como por ejemplo la ya mencionada anteriormente, la relación del olor con los colores que percibimos.
La investigación, publicada en Frontiers in Psychology, ha obtenido unos resultados bastante significativos como para tenerlos en cuenta.
En ella participaron 24 adultos de ambos sexos con edades comprendidas entre los 20 y los 57 años, que se sentaron en una habitación oscura frente a un ordenador. Durante los primeros cuatro minutos, se utilizó un purificador para limpiar el aire. Después, durante cinco minutos, se difundió un olor. No se les avisó cuándo se liberaba el olor ni cuál sería. De hecho, este se eligió al azar de una lista que incluía caramelo, café, menta, limón y cereza.
Mientras se daba este proceso de limpieza y perfume del aire, los participantes vieron en la pantalla del ordenador un panel de colores que podía ser de dos tipos. En un caso iba del amarillo al azul y en otro del verde al rojo, hasta llegar a un gris neutro en ambos casos.
El objetivo era comprobar si el aroma que olían en cada momento influía en la percepción de la evolución del color. Y así fue. Cuando simplemente se liberaba agua, los colores se percibían exactamente como se manifestaban en la pantalla, pero cuando había perfumes concretos la cosa cambiaba.
Las personas tendían a ver los colores de forma diferente cuando olían ciertas cosas, como el café o el caramelo. Por ejemplo, el olor a café les hacía ver el gris más como un color marrón rojizo, y el olor a caramelo les hacía ver un color azulado como gris.
En conclusión, la investigación realizada por los científicos ha aportado pruebas convincentes de que nuestro sentido del olfato puede cambiar los colores que vemos. Un estudio que podría ser muy útil por ejemplo a expertos en márketing que verían la forma de aprovechar estos nuevos conocimientos sobre colores para crear, por ejemplo, campañas publicitarias de numerosos productos.