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ESPECTÓGRAFO DEL INFRARROJO CERCANO
El Webb ha conseguido los datos más detallados de la atmósfera del exoplaneta WASP-39 b obtenidos hasta la fecha.
El telescopio espacial James Webb, lanzado al espacio el 25 de diciembre de 2021, ha captado la primera evidencia clara de dióxido de carbono en la atmósfera de un exoplaneta. Se trata de WASP-39 b, situado fuera del sistema solar donde está la Tierra.
Gracias a la capacidad de observación de Webb, esta herramienta ha podido dilucidar que WASP-39 b, situado a 700 años luz de distancia, tiene una composición que incluye dióxido de carbono. Este exoplaneta orbita alrededor de una estrella parecida al Sol.
El estudioque muestra los resultados, publicado en 'Nature Astronomy', indica que el telescopio podría ser capaz de detectar y medir el dióxido de carbono. Con anterioridad, otros telescopios habían observado que en WASP-39 b había agua, sodio y potasio en este exoplaneta.
WASP-39 b es un exoplaneta gigante de gas caliente y con un diámetro 1,3 veces mayor que el de Júpiter descubierto en 2011. Los expertos creen que su tamaño se debe a la alta temperatura del planeta, unos 900 ºC. Además, este cuerpo espacial orbita muy cerca de su estrella, y completa la rotación a su alrededor en cuatro días terrestres.
Para lograr adivinar de qué elementos se compone la atmósfera de WASP-39 b, el telescopio James Webb capta la luz estelar que se filtra al planeta. Debido a que diferentes gases absorben diferentes combinaciones de colores, los investigadores pueden analizar las pequeñas diferencias en el brillo de la luz que se transmite en un espectro de longitudes de onda para determinar exactamente de qué está hecha la atmósfera, señalan desde la NASA.
El equipo de investigadores utilizó el espectrógrafo del infrarrojo cercano (NIRSpec, por sus siglas en inglés) de Webb para sus observaciones de WASP-39 b. En el espectro resultante de la atmósfera del exoplaneta, una pequeña cuesta de entre 4,1 y 4,6 micras presenta la primera evidencia clara y detallada de dióxido de carbono detectado en un planeta fuera del sistema solar.
Ningún observatorio ha medido antes las diferencias tan sutiles de brillo de los distintos elementos de la atmósfera de un exoplaneta, por lo que para Zafar Rustamkulov, de la Universidad Johns Hopkins, este momento significó algo "especial: cruzamos un umbral importante en la ciencia exoplanetaria".
De cara al futuro, la comprensión de las atmósferas de los exoplanetas y su composición habla sobre el origen del cuerpo y cómo evolucionó. "Las moléculas de dióxido de carbono son indicadores sensibles de la historia de la formación de los planetas", señaló Mike Line, de la Universidad Estatal de Arizona
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