UMBRAL DE ESTRÉS POR CALOR

La temperatura máxima que puede soportar el cuerpo humano

Permanecer durante mucho tiempo expuesto a esta temperatura puede provocar graves riesgos para nuestra salud.

Sabemos que cuando nuestro cuerpo alcanza más de 37 ºC algo no está bien, pero ¿qué ocurre cuando la temperatura exterior es muy alta? Nuestro organismo está preparado para regularse en función de la temperatura exterior. De esa función se encarga una parte de nuestro cerebro, el hipotálamo.

El cerebro dilata los vasos sanguíneos, manda funcionar nuestras glándulas sudoríparas o aumenta la respiración para poder refrescar o calentar nuestra temperatura corporal.

¿Cuánto calor podemos soportar?

Aunque, en ocasiones, se lleguen a temperaturas de hasta 40 ºC, nuestra tolerancia es menor. Pues bien, cada organismo funciona de una manera distinta, además, el lugar donde habitemos puede influir en la tolerancia al calor que tengamos. Esta resistencia al calor se denomina "umbral de estrés por calor" y de media el límite se encuentra en torno a los 35 ºC.

Existe otro factor que influye en nuestra tolerancia a las altas temperaturas, la humedad. Cuando la humedad se encuentra por debajo del 50% el cuerpo humano aguanta un umbral de estrés de entre 25 y 38 grados. Cuando la humedad es muy alta y el clima cálido, el umbral sube a los 30-31 grados. Esto se debe a que cuanto mayor es la humedad, más calor tiene nuestro cuerpo y más sudoración requiere para regular la temperatura.

Al sudar más podemos sentirnos más cansados y débiles y experimentar mareos o náuseas. El exceso de sudoración provoca también la perdida de electrolitos como el sodio y el potasio, esenciales para el correcto funcionamiento del corazón, el sistema nervioso y los músculos.

Esa sensación de cansancio suele ser el primer síntoma de hipertermia, que es lo que define el sobre estrés térmico de nuestro cuerpo. Para recuperar la temperatura y los electrolitos perdidos, lo más recomendable es buscar un lugar fresco, seco y alejado del sol y reponer líquidos.

Aunque con el agua bastaría, bebidas cuyas fórmulas cuenten con potasio, sodio, magnesio, zinc o cloruro son perfectas para recuperar los electrolitos perdidos. A la hora de buscar estas bebidas, evita aquellas que cuenten con sabores artificiales y edulcorantes como la glucosa y el jarabe de maíz.

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