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BÚSQUEDA DE LA ETERNA JUVENTUD
Científicos del Instituto Quadram y la Universidad de East Anglia han descubierto que el trasplante de microbiota fecal de ratones jóvenes a viejos puede detener el proceso de envejecimiento.
Cremas, sérums, tratamientos... Son muchos los intentos que el ser humano ha desarrollado para mantenerse joven durante más tiempo. Sin embargo, un estudio del Instituto Quadram y la Universidad de East Anglia de Inglaterra han llegado a la conclusión de que la clave puede estar en los trasplantes de materia fecal.
El estudiose ha llevado a cabo en ratones jóvenes y viejos, a los que les han trasplantado la microbiota fecal entre ambos. Estos cambios de caca pueden revertir el proceso de envejecimiento del intestino, el cerebro y los ojos, como comentan fuentesde la universidad.
Los científicos decidieron investigar la microbiota del intestino ya que esta población de microbios está relacionada con la salud. Además, algunos de los cambios que sufre la microbiota suceden al envejecer, afectando negativamente al metabolismo y la inmunidad.
Los hallazgos de esta investigación demostraron que los microbios intestinales desarrollan un papel importante en la regulación del envejecimiento. Por lo tanto, los descubrimientos del equipo científico abren la posibilidad a terapias basadas en microbios intestinales para combatir la vejez.
Efectos de la microbiota joven en ratones viejos
Para llevar a cabo el estudio, los científicos realizaron una prueba inversa: trasplantaron materia fecal de los ratones jóvenes a los viejos y viceversa. Después observaron las consecuencias del envejecimiento en el intestino, el cerebro y los ojos disminuían en los roedores más veteranos.
En los tres casos, los órganos de los roedores más mayores frenaban su envejecimiento en dichos órganos. Además, los ratones que recibieron trasplante de microbiota joven tuvieron más bacterias beneficiosas que se relacionan con una buena salud tanto en roedores como en humanos.
Sin embargo, las consecuencias del experimento para los ratones jóvenes que recibieron materia fecal de los más mayores fueron las contrarias. Al cambiar la microbiota de viejos a jóvenes, se observó que en los ojos, por ejemplo, había proteínas asociadas a la degeneración de la retina.
Asimismo, también se encontró una sobreactivación de las células que provocan inflamaciones crónicas relacionadas con la edad, especialmente las del cerebro. En cuanto al intestino, los ratones jóvenes con microbiota mayor tuvieron pérdida del revestimiento del órgano, lo que provocó la libre circulación de las bacterias y la consecuente activación del sistema inmunológico y la inflamación en el cerebro y ojos.
¿Se podría realizar este estudio en humanos?
Actualmente, los científicos trabajan en comprender cuánto tiempo pueden durar los efectos paralizantes del envejecimiento en los ratones viejos con microbiota joven. Asimismo, los seres humanos también cuentan con esta población de microbios en su flora intestinal, y se ha observado que cambia cuando el cuerpo va envejeciendo.
Sin embargo, los investigadores advierten que estos hallazgos no se podrían extrapolar y afirmar que funcionan en humanos hasta que no se hallan realizado estudios similares con personas mayores. Por ello, en las instalaciones del Instituto Quadram ya se está construyendo un nuevo espacio para realizar nuevas investigaciones sobre la microbiota y el envejecimiento.
"Esperamos que nuestros hallazgos contribuyan en última instancia a comprender cómo podemos manipular nuestra dieta y nuestras bacterias intestinales para maximizar la buena salud en la edad adulta", comentó la autora Aimee Parker, del propio instituto.
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