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VUELO DE LONDRES A SINGAPUR
Un vuelo de Londres a Singapur ha tenido que aterrizar de emergencia por una serie de turbulencias severas que han dejado a su paso un fallecido y, al menos, 30 heridos.
Ayer, 21 de mayo, conocíamos la triste noticia del fallecimiento de una persona y, al menos, 30 heridos, en un vuelo que se dirigía de Londres a Singapur. Este tuvo que desviarse a Bangkok debido a unas turbulencias severas.
Una turbulencia es el movimiento caótico del aire en la atmósfera. Cuando un avión atraviesa una región con este fluido agitado, se producen una serie de movimientos que son los que finalmente experimentan los pasajeros y la tripulación.
En función de su intensidad, estas regiones se clasifican en una escala de niveles que va de "ligera", en la que solo se producen ligeros cambios erráticos de altitud, hasta "severa", en la que el avión es sacudido violentamente y se vuelve prácticamente imposible de controlar.
En los casos más extremos, esto no sólo hace que volar sea incómodo, sino que también puede provocar daños estructurales en el propio avión e incluso daños a los pasajeros, como ha sido este último caso.
Lo cierto es que las muertes por turbulencias son muy poco habituales. Los heridos en este tipo de situaciones suelen ser las personas que no están amarradas a su asiento y que impactan con la cabeza u otra parte del cuerpo en el techo al experimentar la aeronave un descenso repentino.
En este caso, aunque no está claro qué fue lo que causó la muerte del pasajero fallecido, es posible que se debiera a la caída de objetos.
En 2021, la NASA desarrolló una tecnología para encontrar las zonas de turbulencias. En concreto, se trata de un micrófono infrasónico especial que podría captar las frecuencias ultrabajas generadas por las turbulencias en los cielos.
Sin embargo, los expertos de la industria advierten que se debe demostrar que cualquier nuevo sistema aeronáutico funciona con un alto nivel de confiabilidad, algo para lo que se necesitan años de pruebas rigurosas antes de que la tecnología pueda validarse.
La compañía Turbulence Solutions también se dedica a desarrollar tecnologías para eliminar las turbulencias. Ha ideado una sonda de unos dos metros de largo capaz de identificar cambios sutiles en la presión del aire a lo largo de las diferentes partes del fuselaje de una aeronave.
El sistema es capaz de medir la aceleración vertical, el cabeceo, el balanceo y la flexión del ala de la aeronave. Y, con todos esos datos, genera un movimiento que los contrarresta justo en el momento preciso en el que va a afectar la turbulencia.
Turbulence Solutions ya ha realizado algunas pruebas en vuelo con aviones de demostración tripulados que han podido comprobar en primera persona el rendimiento del sistema. El próximo paso será integrarlo en otros modelos y tipos de aviones pequeños, que son los más afectados por las turbulencias al no poder volar demasiado alto.