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EL CONTEXTO IMPORTA EN TECNOLOGÍA
No es que Apple haya innovado con su entrada en el mundo del contexto, pero muestra intenciones interesantes: el 'watch face' de Siri presentado en su keynote para desarrolladores abre una tendencia hasta ahora pendiente para los de Cupertino.
En el mes de junio acontecen algunos acontecimientos innegociables: comienza el verano, termina el curso escolar, la Champions tiene un nuevo ganador y Apple celebra su conferencia de desarrolladores. Este 2017 no ha sido una excepción y Apple ha traído un buen puñado de novedades sobre su ecosistema, tanto en forma de novedades de software como de algunos productos que se incorporan a su catálogo, siendo lo más llamativo HomePod, su nuevo altavoz inteligente.
Más allá de productos concretos, una de las novedades más interesantes de Apple es la consolidación de su apuesta por el contexto. Nuestros intereses y prioridades cambian a lo largo del tiempo, así que lo ideal es que sean los dispositivos los que se anticipen y nos ofrezcan esa información anticipándose a que nosotros la pidamos.
Esto, por supuesto, no es algo que haya inventado Apple. Como idea, como concepto, su origen se difumina. Como producto dentro de un teléfono móvil, podemos remontarnos a 2012 o 2013 para encontrar ejemplos.
Uno fue Aviate, un 'launcher' para Android que terminó comprando Yahoo. Básicamente interpretaba varias variables y seguía el patrón de uso de cada usuario para anticiparse a su uso y mostrarle siempre en primer plano lo que seguramente más le pudiese interesar usar.
Así, un lunes por la noche no mostraría lo mismo que a mediodía, o que un sábado por la mañana. El contexto. Quizás por la mañana nos interese ver el mail y las noticias o ponernos música, durante el día queramos usar aplicaciones más corporativas, y por la noche relajarnos viendo series o configurando la alarma para el día siguiente. Incluso podía detectar por geolocalización cuándo habíamos salido del trabajo.
Cover era otra aplicación que, con diferente diseño, ofrecía algo muy similar. Si detectaba que de repente circulábamos mucho más rápido, suponía que íbamos en coche y nos ofrecía abrir Waze o Google Maps. Si estábamos en un aeropuerto, más de lo mismo: app de la aerolínea, redes sociales…
En España tuvimos un caso que alcanzó relativo éxito cuando logró un acuerdo con Samsung en 2015: Sherpa, que no hizo mucho más ruido tras aquello pero que consiguió algo notable. Era, en esencia, algo muy parecido a lo que hace ahora Google, mostrando incluso el resultado de nuestro equipo al acabar el partido.
Google Now, hoy Assistant, hizo que estas apps, con un control menor de nuestra información profunda, no tuviesen tanto sentido, y el paso del tiempo terminó de ponerlas en el olvido. Pero la idea se consolidó.
¿A cuento de qué viene todo esto? De que el Apple Watch ha abrazado el contexto. La esfera de Siri que ha anunciado Apple en la WWDC es el mejor ejemplo: toma esas mismas variables y añade el aprendizaje que va haciendo la propia Siri de nuestros patrones de uso y preferencias.
En un dispositivo con una pantalla tan pequeña como un reloj tiene mucho más sentido una utilidad así. En el Watch hace falta ahorrar pulsaciones, crear atajos, hacerlo todo mucho más rápido que en el smartphone. No tiene sentido tardar lo mismo: es vital que nada pase de tres toques como mucho.
La nueva esfera de Siri va ofreciendo tarjetas con lo que cree que nos puede interesar en base al día, la hora, el clima, la ciudad en la que estemos, si seguimos en el trabajo o ya llegamos a casa, si estamos de viaje, si visitamos un país extranjero…
Apple quiere que Siri pase de ser una voz anecdótica a un asistente de verdad. Nada de promesas a medio cumplir: quiere que sea una verdadera inteligencia artificial que dé sentido a la herramienta y al propio Apple Watch... y el camino a seguir es la anticipación es el contexto. El siguiente paso global de los dispositivos es que no tengamos que pedirles la información, sino limitarnos a recibirla porque ellos sabrán qué y cuándo lo querremos.