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DATOS INEXACTOS
La mayoría de las pulseras que compras para medir el ritmo cardiaco y las calorías quemadas son buenas en lo primero pero pésimas en lo segundo.
Las 'smartbands' se han presentado ante el mercado como el complemento ideal para los que hacen deporte y quieren monitorizar su actividad diaria de manera sencilla y -a priori- fiable. Lo son midiendo tus pulsaciones, pero no con las calorías, según un análisis de la Universidad de Standford.
Para llegar a esta conclusión, y dado que los fabricantes no suelen publicar datos que den a conocer si sus mediciones son fiables, un equipo científico de la citada institución se puso manos a la obra para analizar la precisión de siete dispositivos en las muñecas de sesenta voluntarios que las usaron caminando y corriendo.
En sus pruebas analizaron algunos de los dispositivos más importantes del sector, como son Apple Watch, Fitbit Surge, Basis Peak, Microsoft Band, PulseOn, Mio Alpha 2 y el Samsung Gear S2. Para medir el desfase cruzaron los datos obtenidos con pruebas de laboratorio: una calorimetría indirecta y un electrocardiograma para conocer el gasto energético real de los voluntarios... y fue un desastre.
Al hacerlo encontraron que seis de los siete eran buenos estimando el ritmo cardiaco de las personas, con una tasa de error del 5%, siendo el 'gadget' de Samsung era el que salía peor parado con un 6,8% que tampoco está tan mal.
Pero la sorpresa viene con las calorías, ya que es muy posible que haya gente que gestione sus ingestas de alimento y sus dietas en base a estos datos. Los cinco dispositivos que realizan esta función no daban la talla, ya que ninguno tenía una tasa de error por debajo del 20%. La PulseOn se llevaba la palma, con márgenes mucho más abultados de hasta el 92,6% de error, mientras que la Fibit tenía el desfase más bajo, con un 27,4%, un dato muy elevado a pesar de ser el más decente.
Es decir, estos aparatos tienen bastante limitaciones con el gasto de energía que nos calculan y puede ser un fastidio para la gente que come lo que la pulserita le ha dicho que coma. Uno de los errores de cálculo, según afirman los autores del estudio, es que no cruzan los datos con la frecuencia cardiaca, además de la imprecisión del hardware que utilizan, según apuntan en las conclusiones publicadas en el 'Journal of Personalised Medicine'.
El cálculo depende de muchos factores, tales como altura, el peso, el porcentaje de grasa corporal y la frecuencia cardiaca, entre otros. Por esto, y según las variaciones, diez mil pasos pueden suponer quemar desde 400 hasta 800 kilocalorías, según cada persona.
Standford ha creado una web para que los usuarios cedan sus datos y poder analizar una enorme cantidad de datos para contribuir a la mejora de la precisión estos dispositivos.