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Cada día da más respeto conocer las tecnologías que están en desarrollo y que permiten casi un acceso completo a cualquier rincón del planeta. Y en muchas ocasiones –como en el caso de esta información que os traemos–, con el agravante de que tienen la posibilidad de husmear en casas y edificaciones sin necesidad de poner un pie en su interior. Imaginad qué cantidad de usos se les podría dar.
Y es que los drones se han convertido en una herramienta utilísima que nos permiten, no solo obtener imágenes increíbles desde el cielo, sino realizar labores de vigilancia y control que, unidas a la inteligencia artificial, pueden convertir cualquier aparato volador en una fuente inagotable de información que utilizar de infinitas formas distintas.
El caso es que un grupo de investigadores de la Universidad de Purdue, en Indiana, EE.UU., va a publicar un estudio la semana que viene en la revista SIAM en el que proponen montar en un dron una "matriz" de micrófonos que les permitirá realizar, gracias a las ondas de sonido emitidas por un altavoz, reconstrucciones digitales de cualquier entorno físico.
Dicho así no suena nada mal, porque con esta tecnología se podría volar un dron sobre cualquier edificio y, a base de emitir sonidos, obtener un mapa detallado de cómo es cada uno de sus rincones. Sería como escanear el terreno desde el cielo para conseguir una planta 3D con la que empezar a trabajar a partir de ese momento. Pensad por un instante la cantidad de usos que se le podrían dar en infinidad de terrenos de la ingeniería, investigación, etc.
¿Pero y si apuntan a nuestras casas?
Esos micrófonos instalados en el dron serían capaces de precisar cuál es la distancia que les separa de cualquiera de los objetos que se encuentren por el camino esas ondas de sonido emitidas por el altavoz, de tal forma que se podría determinar la existencia de (por ejemplo) una pared gracias a un proceso conocido como "clasificación de eco".
Según Mireille Boutin, profesora de matemáticas e ingeniería eléctrica de la Universidad de Purdue, "los micrófonos escuchan un breve impulso de sonido que rebota en superficies planas finitas, o en las paredes [...] Cuando un micrófono escucha un sonido que rebota en una pared, se registra la diferencia horaria entre la emisión y la recepción del sonido. Esta diferencia de tiempo corresponde a la distancia recorrida por el sonido durante ese tiempo".
Ahora imaginad por un momento que uno de estos drones, como hacía el helicóptero de la película El Trueno Azul (1983), se queda frente a vuestra casa escaneando cada pared, puerta y ventana. Podría marcharse en muy pocos minutos con información suficiente como para reproducir con total precisión un diseño tridimensional de la planta entera, con ubicación de las habitaciones, el salón y quién sabe si, en un futuro, hasta los muebles y demás objetos que tenemos. Información relevante sobre vosotros que nunca hay que pensar mal, pero que alguien podría utilizar de una forma inadecuada.