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CON UN BRAZO ROBÓTICO
DJI llevará sus Matrice a la selva tropical para analizar la biodiversidad de lugares inaccesibles hasta ahora.
La evolución de los drones en los últimos años ha sido espectacular, como prácticamente lo es en cualquier terreno de la tecnología. Pero en el caso de estos dispositivos, no solo su uso doméstico se ha generalizado para inmortalizar nuestros mejores momentos, sino que además se han convertido en una herramienta de trabajo esencial para multitud de segmentos industriales y también de la investigación. En este último campo, los drones están siendo clave para obtener mejores resultados, y sobre todo más precisos, en diferentes áreas como la biodiversidad.
DJI ha anunciado hoy su participación en un proyecto piloto con el que esperan cambiar para siempre la forma en que se monitoriza la biodiversidad en los lugares más recónditos del planeta. Para ello han colaborado con el Laboratorio de Robótica Ambiental de ETH Zurich y la ONG ambiental Wilderness International. El objetivo final es conseguir que los drones puedan aportar información en forma de datos de alto valor a los científicos para que puedan estudiar la biodiversidad en aquellos lugares donde era prácticamente imposible acceder.
El nuevo proyecto eDNA permitirá cambiar los métodos tradicionales de monitorización de la biodiversidad por otros mucho más eficientes, y que implicarán un cambio completamente radical de la forma en que se toman estos datos. DJI proporcionará a este proyecto sus grandes drones Matrice, que irán equipados con un brazo robótico desarrollado de manera específica para este proyecto por parte de ETH Zurich.
Con este nuevo brazo se pueden recoger muestras de ADN electrónico, por ejemplo, de las propias copas de los árboles. Estos lugares son muy ricos en biodiversidad, pero tradicionalmente han sido muy difíciles de acceder, por lo que con los nuevos drones será posible hacer un análisis de estas zonas de difícil acceso de la manera más sencilla posible.
La extracción del ADNe del DJI Matrice va a permitir a los científicos e investigadores identificar a distintas especies que puedan estar presentes en determinados lugares. Todo ello gracias al análisis del rastro de ADN que van dejando estos organismos. Uno de los lugares más inaccesibles y a donde tendrán acceso estos drones. En el caso de la selva tropical, se estima que habitan entre el 60% y 90% de las especies.
Y al ser zonas que normalmente no se han monitorizado por la dificultad de acceso, se convierten en lugares perfectos para que el Matrice demuestre su destreza junto con el brazo robótico diseñado específicamente. Así que estamos ante una demostración palpable de que la tecnología puede ser una gran aliada en la investigación, también sobre el terreno. Es desde luego uno de los grandes valores de estos dispositivos, el acceso a lugares donde sería impensable haber llegado antes.
Y es que como demostraron en su momento con el volcán de La Palma, la ayuda de los drones en situaciones de emergencia o investigación es cada vez más habitual. Ya que nos proporcionan una visión privilegiada de lugares que hasta ahora eran completamente inaccesibles, salvo que se asumieran enormes riesgos humanos.