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LABORATORIO DEL MIT
Este bot peludo y luminoso, llamado Tega, dispone de un software de reconocimiento facial. Ese programa va siguiendo la respuesta emocional del alumno mientras trabaja en una tarea.
Cuando Tega percibe que el niño está entusiasmado, dirige las actividades en una dirección. Si nota que está aburrido, le invita a hacer otra cosa.
El MIT lo ha presentado como un asistente educativo “divertido, efectivo y personalizado”, tres cualidades, según el instituto tecnológico, que no tienen todos los maestros humanos.
Tega está basado en la tecnología de un smartphone y utiliza un dispositivo Android para procesar los movimientos y el comportamiento de los niños.
Las primeras pruebas se han hecho en un colegio de Boston, en Estados Unidos, para enseñar vocabulario español a niños angloparlantes entre 3 y 5 años.
Tega les ayudó a aprender nuevas palabras con un juego en una tableta durante ocho semanas. Cada día, los niños trabajaron, a solas con el robot, 15 minutos al día.
El experimento demostró que los niños adoptaron a Tega como un asistente y un compañero de aprendizaje. A los pocos días, los alumnos abrazaban y jugaban con su Tega como si fuera un amigo más. Por eso sus creadores dicen que en las tecnologías educativas de próxima generación habrá muchos robots como este.