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La primera gran cita tecnológica del año apunta algunas de las grandes tendencias que marcarán la pauta durante este 2018 recién estrenado.
El año nuevo tecnológico lo marca un CES que, año sí año también, se centra en darnos unos pocos productos que vamos a ver en las tiendas próximamente y otro grupo, mucho más nutrido, de los que vamos a tardar en poder comprar y además estarán a precio de marisco en la víspera de Nochebuena... aunque no parezcan más que una lubina bien adornada.
En cualquier caso, la cita deja tendencias a las que no conviene olvidar. Algunas, es cierto, tendrán poco recorrido y otras llegarán para quedarse. Estas son las más destacadas:
Auriculares inteligentes e inalámbricos
Auriculares inalámbricos bluetooth los hay desde hace años, pero los de pequeño tamaño apenas han tenido relevancia en el mercado... hasta que ha llegado Apple. Con sus AirPods, ha abierto la veda para un mercado creciente para los que quieren olvidarse de cables.
Pero hay más: la 'inteligencia'. En el caso de los AirPods, se la da su integración con Siri y el chip W1. Pero antes de ellos también estaban los Gear Icon X de Samsung. Lo que es cierto es que la competencia de los AirPods no ha vendido demasiado, pero ya integraban sensores para la actividad deportiva.
Tras el CES, la tendencia se ha disparado. Sony, AKG… muchas marcas que se han subido a este carro y a buen seguro que aumentan la competencia y mejoran los productos de los próximos años.
Teles más grandes y en 8K
Pensemos en el tamaño de nuestra tele actual: quizá entre 42 y 55 pulgadas sea lo habitual, pero... ¿y hace diez años? Tal vez entre 28 y 42 pulgadas. ¿Y hace veinte? A lo mejor unas 22 o 28 pulgadas. El tamaño promedio de los televisores crece año tras año, de forma que las diagonales que tenemos hoy eran impensables -o directamente prohibitivas- hace un tiempo.
Hablamos de que hace unos quince años, un panel (de tubo, claro) de 42 pulgadas podía costarnos unos 6.000 euros en adelante. Hoy, ese tamaño está al alcance de cualquiera, en formato plano y con una calidad de imagen muchísimo mayor. La tendencia creciente seguirá aumentando hasta normalizar tamaños que hoy quedan reservados al lujo.
Con la resolución sucede algo similar. Quizás hoy sea normal escuchar que el 8K no tiene sentido, que no se aprecia diferencia con el 4K, o que ya hemos llegado a un nivel de definición más que suficiente, pero eso mismo se dijo con el 4K, y antes con el 1080p.
Siempre hay mejoras en cómo se percibe la imagen, además de otros usos derivados del aumento de resolución. Es por eso que en los próximos tres años, el 8K comenzará a normalizarse poco a poco.
Bonus: el diseño será cada vez más invisible, tanto por marco como por peana y cableado. A eso apuntan Sony y LG.
Más pantallas en casa… con más asistentes
Con el mercado de los teléfonos ya maduro de sobra, el melón de los relojes inteligentes ya abierto, y el duelo de las tablets (que no convertibles) resuelto por incomparecencia de todo el que no sea Apple, los fabricantes ahora quieren meterse en nuestras casas.
El primero en cruzar el Rubicón fue Amazon con Alexa. Tras él, le siguieron Google, Apple e incluso Facebook, que va a presentar un asistente centrado en videollamadas y quizás algo más a tenor del precio que se rumorea: 499 dólares. Ahora, hasta Lenovo se ha animado.
La idea en general, que cada uno implementa como más le interesa, es la de tener altavoces en casa, con o sin pantalla, y poder conversar con ellos para obtener información o consumir ocio. En última instancia, también para poder comprar directamente a Amazon.
Y hasta en el coche
La tecnologización de los coches no es ninguna novedad. De un tiempo a esta parte, el mercado del motor ha perdido ciertos componentes tradicionales en el marketing para dar paso a poner mucho énfasis en los sistemas de infoentretenimiento, la conectividad con nuestros smartphones y otras características en esa línea.
De la misma forma, las pantallas cada vez dominan un mayor porcentaje de los coches, de forma que la instrumentación tradicional tiene las horas contadas: no digital, no party. Hasta Mercedes ha presentado su propio asistente de voz, MBUX, que para ser activado habrá que decir “Hey, Mercedes”. Ninguno quiere quedarse atrás en la carrera tecnológica.