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OTRAS INVESTIGACIONES CONTRADICEN SUS RESULTADOS
Desde hace algunos años, muchas de las personas que quieren dejar de fumar abandonan el tabaco convencional para pasarse al cigarrillo electrónico. La intención de buena parte de estos usuarios es la utilizar inicialmente líquidos con mayor cantidad de nicotina para ir reduciendo la dosis progresivamente y, con el tiempo, abandonar el hábito.
Sin embargo, a pesar de lo que podamos pensar a priori, aunque vapear menos malo que fumar, también podría tener consecuencias para la salud. Así lo revelan los resultados de un nuevo estudio que ha llevado a cabo la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos), que sugiere que el cigarrillo electrónico puede provocar cáncer, enfermedades cardiovasculares y causar daños en el ADN de los órganos.
En los ensayos de laboratorio, los científicos expusieron a modelos de ratón al humo del cigarro electrónico por un período de doce semanas, con unas dosis y duración equivalentes a vapear durante alrededor de diez años humanos. Al concluir las pruebas, el humo había causado daños en el ADN de los pulmones, la vejiga y el corazón de los roedores. Además, también había reducido la actividad natural reparadora de estos órganos.
Moon-shong Tang, profesor de medicina ambiental y patología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York y autor del estudio, señala que las evidencias observadas en su estudio apuntan a la conclusión “casi inequívoca” de que la nicotina puede convertirse en un carcinógeno cuando se introduce en el organismo.
No obstante, los resultados de esta investigación también demuestran que las sustancias químicas perjudiciales para la salud halladas en los ratones son mucho más bajas que las que están presentes en los fumadores de cigarros normales. En concreto, las nitrosaminas del tabaco, que con carcinógenos conocidos, son un 97% más bajas al vapear que al fumar cigarrillos convencionales. Eso sí, también son significativamente más altas que en los no fumadores. Estos resultados colocarían a los usuarios de cigarros electrónicos en el mismo nivel que en el de las personas que utilizan parches de nicotina.
Otros estudios defienden que vapear es seguro
Este nuevo estudio se suma a otras investigaciones dedicadas a evaluar las consecuencias para la salud a largo plazo del vaping, pero muchas de ellas ofrecen resultados que contradicen los hallazgos de este nuevo trabajo. Por ejemplo, una revisión del Ministerio de Sanidad del gobierno británico y el Real Colegio de Médicos del Reino Unido determina que los cigarros electrónicos son alrededor de un 95% más seguros que el tabaco convencional, y afirma que se trata de una herramienta eficaz para abandonar el hábito de fumar.
Por otra parte, de acuerdo con MOVE, el movimiento de médicos, profesionales de la salud y científicos en apoyo de los cigarrillos electrónicos, vapear es entre el 95 y el 99% más seguro que fumar tabaco en términos de riesgos a largo plazo para la salud, ya que elimina las más de 4.000 sustancias químicas que se producen con la combustión de los cigarros normales. Además, afirman que se estima que por cada millón de personas que se pasa al vaping, se evitan alrededor de unas 6.000 muertes prematuras al año.