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LA INDUSTRIA INTENTA FACILITAR CÓMO RECARGAR NUESTROS DISPOSITIVOS

A falta de baterías decentes, la batalla está en los cargadores

Mientras seguimos esperando ansiosos el advenimiento de mejores baterías, la industria se centra en cómo hacer fácil la recarga de nuestras insuficientes 'pilas' para el móvil

Cargador de móvil de Ikea Ikea

En una encuesta reciente, un 62% de los encuestados dijeron que el hecho de que su teléfono móvil fuera fino era de alguna manera importante. Pese a eso, un 73% renunciaría a esa preferencia a cambio de otra aún más deseada: tener una batería más duradera.

Hoy en día los smartphones son el centro de la vida digital: la audiencia ya consume más contenido a través del móvil que a través de ordenadores, habla más con sus contactos, consulta más redes sociales y hace casi todo más (menos comprar). Es complicado entender la vida de las sociedades avanzadas sin móvil.

Pero, entre tanta tecnología, con dispositivos cada vez más complejos y capaces de hacer casi de todo, hay un gran 'pero': la batería.

Es un asunto manido, pero sigue siendo un déficit. Nuestro móvil puede grabar y emitir en directo en HD, visualizar contenidos de realidad aumentada, medir hasta la humedad y orientarnos... pero no puede durar más de un día funcionando por la cantidad de recursos que tanta funcionalidad consume. Los móviles, que solían ser pequeños, acaban siendo más grandes para alojar grandes pantallas que permitan un uso óptimo y, a la vez, alojar baterías mayores. Pero ni aun así.

Así las cosas, y mientras la industria sigue trabajando en ello sin avanzar gran cosa, la atención se deriva a otras partes del proceso donde sí hay progresos: la forma en que cargamos de energía nuestros terminales.

Uno de los grandes problemas históricos aquí es la falta de un cargador universal. En eso la dominancia de Android ha facilitado las cosas, haciendo del Micro USB una especie de estándar no oficial. Claro que Apple no está por la labor de hacer eso con sus móviles (de hecho, hace un par de años cambió el conector que usa para sus modelos, forzando a la obsolescencia a casi una década de cables y conectores). Al menos, ahora sí, han optado por sumarse e impulsar otro estándar: el USB-C, aunque para su ordenador portátil.

El otro punto de interés ante la falta de avances en la batería (aunque ideas sí hay) es el de la forma en la que cargamos el móvil: el estar obligados a depender de recargarlo si lo usamos de forma excesiva nos ha condenado a vivir pegados a cables, conectores y enchufes. Y para eso también hay remedios: desde kits portátiles de pequeño tamaño hasta carga por luz, pasando por carga usando pilas tradicionales o pequeñas 'cápsulas' desechables

Otro de los campos en los que se trabaja es en el de que los dispositivos se nutran de nuestra energía. No a lo Matrix, sino aprovechando nuestras acciones: recarga de baterías agitando el móvil o pegándolo a ti en un cinturón para aprovechar tu cinética

Pero, a la hora de la verdad, hay que ser prácticos: la cuestión no es cargarnos de cosas (grandes o pequeñas) o experimentar cosas quizá demasiado futuristas. El éxito de la tecnología, al final, es llevarla sin sentirla y usarla de forma natural. Y ahí también hay margen de mejora en lo que respecta a la carga de baterías.

En ese campo, el primer sector en proponer una novedad fue el de los fabricantes de pilas tradicionales. Duracell My Grill fue una buena idea que no terminó de funcionar, pero que hacía cómoda la carga: dejabas encima de una superficie metálica tu móvil, fuera del modelo que fuera, y se cargaba. Eso quitaba el problema de los conectores diversos, pero igual te hacía dependiente de un conector según tu modelo de teléfono para que funcionara

Hay variantes más modernas y algo más de diseño usando el estándard Qi, bastante extendido en terminales de gama media y alta, que permite la carga por contacto (sin esos molestos conectores). Por ejemplo, esta almohadilla de Microsoft

Pero, ¿y si se combina esa idea de la carga de contacto con algo más funcional? Hubo una propuesta más ecológica de una mesa que se cargaba con luz solar y permitía luego enchufar tu móvil. No era por contacto, pero fue un primer paso. Y luego Ikea hizo el resto.

Hace unos meses el gigante sueco presentó una línea de productos que incorporan esa carga por contacto usando el mismo estándard Qi: lámparas, mesillas de noche y más productos listos para que, al dejar sobre ellos tu terminal, la batería se recargue.

Y si nada de esto te convence, siempre puedes ir a lo tradicional: intentar ahorrar batería con tu iPhone o con tu Android y seguir esperando a que lleguen mejores baterías.

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