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NO ES SÓLO COSA DE AMAZON, GOOGLE Y APPLE
Uno de los lanzamientos más llamativos de Apple en la última conferencia de desarrolladores ha sido el del HomePod. ¿Cuánto tienen de calidad y cuánto de marketing?
Tras el exitoso lanzamiento del Echo de Amazon, y el algo más discreto del Google Home, la veda quedaba abierta para los altavoces domésticos inteligentes. Apple, que compró a Beats -fabricante entre otras cosas de altavoces- y que lleva casi seis años con Siri en sus dispositivos, parecía el próximo candidato a presentar un altavoz así. Y el guión se cumplió.
Su precio, 349 dólares (más impuestos que varían en cada Estado norteamericano, a falta de saber su precio en Europa, que muy posiblemente rebase los 400 euros), abre el debate de si merece la pena pensar en hacerse con un HomePod o en cambio es mejor escoger una alternativa, bien sea inteligente y conectado o no.
Primera premisa: el HomePod no es un asistente personal con altavoz para reproducir música, sino al revés: un altavoz al que se le ha incorporado un asistente. Eso deja claras las prioridades de Apple, al menos a día de hoy: no querían imitar tanto al Echo sino más bien a un Sonos (uno de los mejores y más populares sistemas de sonido doméstico) con el extra de un asistente por voz.
La competencia es Sonos
Si miramos el catálogo de Sonos podemos deducir que el más parecido por tamaño y calidad de sonido teórica es el Play 3, que está a un precio de unos 350 euros (incluso más barato según encontremos ofertas), algo menos de lo que con toda seguridad costará el HomePod en Europa.
Sonos, además de altavoces de mucha calidad, cuenta con su propia aplicación multiplataforma para reproducir música. Con ella se puede escuchar la biblioteca local, Spotify, Apple Music y algunos servicios más. Con el HomePod, la opción Spotify es inviable. O mejor dicho: se puede escuchar a través de AirPlay, pero se pierde parte de la gracia de un altavoz así, que es capaz de reproducir e incluso sugerir música (siempre de Apple Music) por comandos de voz.
Otra diferencia está en el diseño: los Sonos emiten el sonido 'plano', a través de su rejilla frontal, mientras que el diseño cilíndrico del HomePod permite emitir en 360º. Nunca ofrecerá la misma sensación de sonido estéreo que un segundo altavoz (los Sonos, de hecho, están pensados para usarse en grupo más que únicamente con uno), pero es una mejora notable.
Y por supuesto, la diferencia más apreciable: el Sonos, pese a tener una aplicación muy completa y actualizada con frecuencia, se queda sin 'inteligencia' frente al HomePod. No obstante, las primeras críticas especializadas no le otorgan el "excelente" a su calidad de sonido, así que a priori no será la mejor opción para los melómanos y audiófilos.
Pero, igual que con los AirPods, Apple no va a por la excelencia acústica, sino a un nivel aceptable a un precio aceptable donde priman diseño y experiencia. Tampoco por un asistente empaquetado en un altavoz mucho más mediocre como el Echo. Veremos cómo responden las ventas.