Tres buenas pulseras de actividad por menos de 35 euros
Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
ADIÓS, TARJETEROS
A veces hay que dar dos pasos para lograr avanzar uno. Algo así han debido pensar en el Ministerio del Interior a la hora de poner en marcha lo que se ha llamado 'DNI 3.0' (hay que ver, apenas sabemos lo que es el 2.0 y ya vamos por nuevas versiones)
En realidad el grandilocuente nombre se refiere a la evolución del llamado DNI electrónico, que el Estado puso en marcha hace casi una década y que casi nadie ha utilizado a pesar de sus muchas posibilidades. La novedad entonces era el chip, que digitalizaba los datos contenidos en el carnet (huella dactilar incluida) y abría las puertas a un montón de cosas que supuestamente podríamos hacer desde nuestro ordenador
La teoría no era mala: la Casa de Moneda y Timbre certificaba la seguridad de todo, y se suponía que con un lector de tarjeta el artilugio nos permitiría acceder a un montón de servicios sin necesidad de los engorrosos certificados de la Administración. La realidad: apenas un puñado de ciudadanos han sacado algo de jugo a la innovación tecnológica.
Consumado el fracaso del proyecto, llega el momento de darle una vuelta, y la principal novedad es una tecnología que lleva años dando vueltas por el mercado y que, de hecho, estaba a punto de desaparecer cuando al fin Apple decidió hacerle caso después de que Google llevara años batallando en solitario. Se trata del NFC, en inglés 'near field communications'. No es más que la capacidad del chip del DNI de emitir una señal de radio de corto alcance que permite interactuar con otros dispositivos.
En realidad el 'boom' (así, entre comillas) del NFC ha llegado en el último año: tarjetas de crédito que pagan sólo rozando el datáfono, tarjetas de transporte público que se leen sin sacarlas del bolso y demás. Es una gozada por lo cómodo que es, pero también un riesgo: toda señal de radio es 'hackeable' fácilmente aunque requiere, eso sí, que el 'ladrón' esté a muy poca distancia del emisor y el receptor.
¿Qué sentido tiene que los nuevos DNI tengan una tecnología que no es nueva? Precisamente conseguir subsanar su principal error: la tecnología NFC es compatible con muchos terminales móviles y tablets, haciendo que se pueda usar la parte electrónica del DNI sin necesidad de un lector de tarjetas. Y eso es lo que pone fáciles las cosas: si no necesitas comprar nada más es más probable que muchos ciudadanos empiecen a usar el DNI electrónico
¿Y para qué sirve? Pues como todo buen documento oficial y encriptado, para sacar documentación pública (como vidas laborales) o identificarse en organismos públicos (desde colegios hasta Correos, por citar algunos). Aquí un vídeo con algunas ideas más