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DÍGALE AL CHEF ANDROIDE QUE ESTABA TODO RIQUÍSIMO
Si hay algo que no sabes hacer, te vas a YouTube y buscas un tutorial que lo explique paso a paso. Cocina, bricolaje, usar aplicaciones o programas de ordenador... Cualquier cosa ¿Por qué no iban a hacer lo mismo los robots? Cierto que siguen siendo un poco tontos, pero cada vez menos.
Una cosa son los robots de cocina, y otra muy distinta los robots cocineros. Entre la Thermomix que te permite comer algo más que pizza y platos precocinados y los chefs autómatas que ya están trabajando en varios restaurantes de Asia, hay una (enorme) diferencia. Las impresoras de comida en 3D (¡la más popular nació en España!) tampoco son lo mismo, aunque a futuristas no hay quien les gane...
El caso es que las tareas que los androides son capaces de desempeñar se están multiplicando, y ya pocas cosas nos sorprenden en materia de inteligencia artificial (¿un algoritmo en el consejo de administración de una empresa? Ni siquiera...). La realidad de la robótica supera en muchos aspectos a la ciencia ficción, y un buen ejemplo es la investigación que ha hecho pública recientemente un grupo de investigadores estadounidenses y australianos.
Científicos de la Universidad de Maryland y el centro de investigación NICTA del país de los canguros han logrado que un robot aprenda a utilizar herramientas como lo hacen los humanos del siglo XXI: hichándose a ver tutoriales en YouTube.
De momento, han conseguido que un autómata aprenda a trajinar con los fogones analizando 88 vídeos de cocina. Seguro que cayó alguno de Arguiñano o Chicote...
Los responsables del estudio consideran que este sistema es la "esperanza" de un futuro robot “completamente inteligente para las tareas de manipulación” y capaz de “enriquecer su propio conocimiento automáticamente 'viendo' grabaciones de internet”.
La clave está en el famoso 'deep learning', la técnica más utilizada ahora mismo para entrenar a los sistemas de inteligencia artificial. Hablamos del mismo método de aprendizaje que utiliza Apple para enseñar a Siri a pensar como un humano (bueno, más o menos...) o Facebook para mostrar anuncios realmente relacionados con lo que compartes en la red social.
También se usa para que las máquinas aprendan a reconocer voces, rostros o, como en el caso de la investigación que nos ocupa, patrones de movimiento. El robot es capaz de 'ver' la forma en que el humano del vídeo manipula un instrumento (¿ha aplicado fuerza o precisión? ¿cómo lo ha agarrado?) y de diferenciar dicha herramienta.
A medida que va contemplando nuevas grabaciones, la máquina consigue predecir también la siguiente acción que la persona va a realizar. De este modo, incorpora gran cantidad de información que le servirá, tras ser analizada, para llevar a cabo la tarea por sí misma.
Los vídeos de cocina, por supuesto, son solo el principio. Tras la hornada de chefs autómatas vendrá otra de, por ejemplo, maestros humanoides del bricolaje; y así hasta que los replicantes habiten entre nosotros, SkyNet sea una realidad y los agoreros de siempre (señor Hawking, señor Musk...) puedan decir eso de ¿veis como teníamos razón?
Lo malo es que, si eso sucede, no tendremos tiempo para arrepentirnos: las máquinas habrán erradicado a los humanos.