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NO VOLVERÁS A GUARDARLAS GASTADAS
Con este sencillo truco que te enseñamos en el vídeo no volverás a poner una pila usada en tus dispositivos.
La mayoría de los aparatos tecnológicos y electrodomésticos que tenemos en casa hoy en día funcionan mediante el uso de cargadores, como el móvil o la maquinilla de afeitar. Sin embargo, todavía existen multitud de dispositivos cotidianos que necesitan pilas para funcionar, ya sea el mando de la televisión o del garaje, algún reloj o la batería de una cámara analógica.
Para saber si la vida de la pila ha llegado al final, tan solo necesitas una superficie plana, como una mesa, y tres segundos. Deberás ver cuál es su extremo negativo para dejarla caer con ese lado plano hacia abajo desde unos dos centímetros de altura. En el vídeo te enseñamos cómo.
Si la pila alcalina todavía tiene batería, tendría que caer haciendo un ruido sordo. Además, si su carga está relativamente llena, lo más probable es que se quede de pie debido al peso. Por el contrario, si la pila ha sido usada ya o directamente no funciona, cuando la dejemos caer en la superficie rebotará y se caerá. Tampoco producirá ese ruido sordo al tocar la mesa.
¿Por qué ocurre esto? La explicación de la eficacia de este truco tan sencillo es química. A medida que las pilas se van descargando con el uso, su química interna cambia y se generan una serie de gases. Como el peso disminuye por el gas, al tirarla sobre una mesa rebotará y no se quedará de pie.
Por último, queremos recordarte que después de comprobar la carga de las pilas, deberás depositar las que no estén cargadas en los lugares adecuados para su recogida. En su composición, cada batería contiene un 30% de metales pesados, lo que las convierte en uno de los objetos cotidianos más nocivos para el medio ambiente.
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