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LE OBLIGA A 'DESCLASIFICAR' LOS CONTRATOS LEONINOS CON LOS EDITORES

Bruselas exige a Amazon que haga públicos sus abusos en la venta de e-books

La Unión Europea quiere parar las prácticas monopolísticas de Amazon. Ahora, le exige que haga públicos todos los contratos leoninos que mantiene con todos los editores europeos. El objetivo es develar los acuerdos abusivos en la venta de e-books y frenar su posición de cuasi-monopolio hoy y en el futuro.

Las devoluciones de regalos en Estados Unidos contaminan lo mismo que tres millones de coches en un añoAgencias/Archivo

Cuando Amazon llegó a España en 2011, su objetivo estaba claro. Quería ser la primera tienda online de este país; y, poco a poco, la única, en vender libros y cualquier otro contenido o producto: música, cine, una escobilla de baño.

Muchos editores miraron al gigante creado por Jeff Bezos con desconfianza, otros con temor, aunque muchos se doblegaron a sus condiciones, sobre todo, editores medianos sin capacidad de negociación.

Si cualquier editor quería vender libros impresos o electrónicos en su ecosistema, Amazon debía tener el mejor descuento del mercado, no importaba que fuera un recién llegado: o lo tomas o lo dejas.

Muchas editoriales, entonces, cerraron contratos leoninos plegándose a los requisitos de Amazon. Otras, negociaron a cara de perro.

Las cláusulas de dichos contratos obligaban a los editores a darle a la tienda online al menos las mismas condiciones que cualquier otro proveedor con el que estuviera trabajando, aunque Amazon pedía incluso las mejores.

Si vienes a Amazon, me tienes que dar el mismo catálogo de libros que tienes con otras plataformas. To-dos, repito, to-dos. Y cuando hagas un gran lanzamiento, también lo tendré yo.

Si vienes a Amazon me tienes que dar el mismo descuento o superior que a tus rivales, no importa el volumen de libros que te prometa vender yo, o que tu mejor cliente sea Apple o El Corte Inglés: yo soy A-ma-zon.

Si vienes a Amazon y descubro que tienes un nuevo modelo de negocio novedoso para vender libros, yo también me lo quedo (por ejemplo, si ingresas dinero con una tarifa plana al mes por leer todos tus títulos, yo quiero mi parte, porque lo desplegaré por obligación en mi ecosistema).

Más aún, dichas cláusulas podían obligar a los editores a sufrir pérdidas, cuando se dieran situaciones rocambolescas.

Podía suceder que, si un fallo humano o técnico en otra plataforma de venta online (Google, Kobo, etc.), hacía que el precio de un libro de 9,99 euros saltara por error allí a 6,99 euros, los robots de Amazon lo cazaban y sin permiso del editor bajaban tres euros el libro también de manera automática.

Imagina que ese libro se llama Harry Potter y está en plena fase de lanzamiento. Ese error en otra tienda, hacía que Amazon tuviera derecho (por contrato) ha igualar el precio; y, en algunos casos, incluso a exigirle al editor que le abonase esos tres euros de diferencia como sanción.

“El modelo de Amazon es entrar en un mercado y obligarte a pagarle el mejor descuento comercial que le ofreces a su competencia. Incluso el mejor precio de venta al público, lo que ocurre es que, en España y muchos países europeos, ese precio es fijo para el libro por ley”, explican fuentes del sector.

En apenas cuatro años, Amazon controla más del 60% de la venta online de libros impresos y cerca del 50% en el caso de los e-books en España. Estos porcentajes son similares o superiores en otros países. La tienda de Bezos es ya un oligopolio y está a punto de cambiar su prefijo hacia monopolio.

Sin embargo, ahora Bruselas quiere pararle los pies a Amazon, y le exige a la multinacional que suspenda esas cláusulas (‘nación más favorecida’ o en sus siglas en inglés NMF), las haga públicas y les notifique a los editores que no las volverá a aplicar, al considerar que atentan contra las leyes antimonopolio.

Además, pide a la tienda online que permita a las editoriales poner fin a esos contratos sobre libros electrónicos en un plazo de 120 días. Por su parte, Amazon aceptó no incluir esas cláusulas en un futuro.

Así, desde la Unión Europea se cree que este tipo de contratos hace más difícil a los libreros y otras plataformas online competir contra Amazon, lo que redundaría en una menor oferta (y mayores precios) para el consumidor.

Aún está por ver, sin embargo, si el gigante del comercio electrónico, como así le exige la UE, ‘desclasifica’ todos y cada uno de esos contratos para que Bruselas los publique en su Diario Oficial (el homólogo al BOE en nuestro país).

“Ahí veremos retratados a aquellos editores que se sometieron a esas cláusulas abusivas. Y los compromisos que les exigió Amazon. Será interesante ver quién soportó más presión, y quién no”, nos explica un editor.

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