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JUEGO POLÉMICO EN RUSIA
Más de 130 muertes en Rusia, desde noviembre 2015 hasta abril de 2016, presuntamente inducidos por las normas de un “juego” denominado “Blue Whale”, Ballena Azul o “El grupo de la muerte”. El “juego” dura 50 días y consta de diversas pruebas que, tras ser superadas por el jugador, víctimas menores, debe mandar una foto como demostración gráfica de que se ha pasado la prueba. Si quiere ganar el juego, la última prueba a la que debe enfrentarse el menor es acabar con su propia vida.
En este último año y medio se han sucedido más de 130 muertes en Rusia
Son grupos cerrados. La voz se corre en las redes sociales y los menores acuden a través de Instagram, Twitter pero, sobre todo, VKontakte (un Facebook ruso) atraídos por la curiosidad, el morbo, la soledad o los problemas personales. Les mantiene el miedo y acaban poniendo fin a sus vidas como una forma de liberación. Algunos de sus turbios administradores (denominados “mentores” o “guías”) aseguran que a través de ese juego “pueden darles lo que no encuentran en su vida real: valor, comprensión y conexión”.
El menor, atraído por lo que se dice y cuenta de estos grupos privados, acaba pidiendo que se le acepte como miembro. Uno de los menores que consiguió salir de esos grupos sin cometer semejante atrocidad final contaba a los medios rusos que una vez se puso en contacto con el “guía”, éste le preguntó: “¿Estás seguro? No hay marcha atrás”. - Pero ¿Qué significa que no hay marcha atrás?- Preguntó el menor. - Que no podrás dejar el juego una vez lo hayas empezado. Debes cumplir con tus tareas diligentemente y nadie debe saberlo. Cuando termines lo que se te ha encomendado, debes mandarme una foto. Al final del juego, mueres ¿Estás preparado?”, - le dice el guía. Si el menor le sugería la posibilidad de abandonar el juego, la respuesta de su mentor es tajante: “Tenemos toda tu información, iremos a por ti”.
Empieza el juego y empieza la pesadilla
El primer día, el “guía” empieza pidiéndole al menor que se arañe o corte el símbolo “F58” en el brazo. Después, les piden que hagan cosas desagradables como ver películas de terror, se corten la piel en forma de ballena el día 27, se despierten a las 4:20, etc. así hasta el día 50 en el que deben acabar con su vida, tras poner la palabra “End” “Final” en su perfil de redes sociales. Durante el juego van poniendo mensajes con tendencias suicidas del tipo: ¿Alguna vez te has sentido innecesario? Tras estos ritos, se presume que haya más de 130 muertes de jóvenes entre 14 y 15 años que se precipitaron desde pisos altos, o se echaron a las vías del tren.
Si los menores intentaban dejar el juego recibían mensajes del tipo: “Tu madre no llegará a la parada del autobús mañana” o les intentan convencer de que tienen acceso a su ubicación física por localización de IP, cuando no es así. Tampoco se tiene constancia de que hayan sido abordados físicamente por la calle pero el temor de la amenaza está al acecho.
¿Qué tipo de perfil de menor puede caer bajo las garras de estas sectas?
Se llegó a pensar que estas webs y grupos sectarios se nutren, de adolescentes con problemas familiares, escolares, amorosos o con el alcohol o las drogasque se refugian en juegos morbosos y que van creando una especie de adición que acaba con sus vidas. Acaban creyéndose las instrucciones que reciben de los cuidadores o simplemente, se dejan llevar por el morbo de jugar.
Pero, después de varias investigaciones por autoridades rusas, se ha comprobado que muchos de esos jóvenes no muestran tendencias suicidas sino que pasaron de ser unos niños normales y felices a no separarse ni un solo segundo del teléfono, vivir atemorizados por las amenazas que recibían desde las instrucciones del juego y a pensar que si no hacían lo que se les decía, su familia podría sufrir daños. Algunos, incluso, llegaron a recibir una foto con una paloma aplastada.
¿Qué son en realidad estos grupos?
Su funcionamiento es muy similar al de una secta destructiva. Lo que no está claro es si los suicidios son consecuencia de la pertenencia a este tipo de comunidades o si los jóvenes han llegado a estas comunidades porque tenían ideas o tendencias suicidas. Las comunidades se denominan “Sea of Whales”, Mar de ballenas y muestran fotos, vídeos suicidas, etc.
En estas comunidades también se les dice a los jóvenes que ellas están gordas o que los niños son unos perdedores y que hay otros mundos donde ellos sí serán los favoritos, los elegidos.
Es importante añadir que hay muchos otros caracteres extraños: en hebreo, los números que hacen referencia al Corán, la Biblia y la Torá y todo tipo de sectas religiosas destructivas. Todo ello referido o vinculado, de una manera u otra, con citas sobre la muerte. Además, girando entre los niños de las personas con apodos de nuevo sin fin Reich, Lobo, con simbología nazi y satánico. Todo esto bajo la melodía monótona triste a frecuencias muy bajas y vídeos sangrientos.
La lucha activa en Rusia contra webs que promueven conductas suicidas
Es muy difícil identificar, entrar y luchar contra este tipo de grupos y webs de perfiles suicidas. Las autoridades rusas manifiestan que, a efectos penales, estos "grupos" que predisponen a los niños al suicidio en las redes sociales, deberían ser equiparados a los terroristas.
El Código Penal ruso pena "la incitación al suicidio o al intento de suicidio cometido por medio de amenazas, maltrato o humillación sistemática de la dignidad humana de la víctima ...". Pero, en este caso, estamos ante situaciones totalmente nuevas: alguien que a través de Internet atrae al niño ofreciéndole amparo, cuidado, en principio, sin amenazas, malos tratos o la humillación sistemática de la dignidad humana. Se crean profundos sentimientos de inferioridad en la víctima, la sensación de estar viviendo en un callejón sin salida y al mismo tiempo, la comodidad y la liberación que supondría para sus vidas el suicidio.
Esta es la paradoja: un criminal crea tal impacto psicológico de la muerte en los niños que acaba matando a los adolescentes sin ensuciarse las manos. Por ello, las autoridades rusas barajan introducir un segundo apartado en su Código Penal de la inducción al suicidio: "por la hipnosis o cualquier otro método especial de impacto psicológico en la víctima que le lleve a la muerte”.
También es muy importante el patrullaje activo en las Redes en busca de menciones o etiquetas determinadas como #BlueWhale, #SeaOfWhales, #BlueWhales, #WhalesSwimUpwards, #SilentHouse #WakeMeUpAt420, #F58, #TheWhalesFloatUp #Rina #50DaysBeforeTheMy.etc. que tienen miles de menciones al día. Los niños van dejando mensajes con tendencias suicidas o participando en este tipo de actividades. En Rusia ha surgido alguna iniciativa para orientar y tratar de ayudar a estos niños.
También se han puesto a disposición de estos jóvenes, voluntarios que están en contacto o buscando menores a los que tratan de disuadir desde el juego, a no participar en ellos, a dar soluciones para poder salir del juego pero este patrullaje requiere una ingente inversión de medios humanos.
¿Quién puede estar detrás de estos hechos?
En noviembre de 2016, fue detenido un tal Phillip Budeykin, uno de los supuestos administradores de estos grupos. El argumento que empleó para defenderse que detrás del interés de atraer jóvenes a estas comunidades, está una estrategia comercial donde se puede ganar mucho dinero a través del marketing, logrando que las empresas pongan banners publicitarios en sus webs.
Pero lo inquietante de la declaración de Budeykin fue la siguiente afirmación: “Murieron felices. Les di lo que no tenían en sus vidas reales: calor, comprensión y conexión con el mundo”.
Budeykin manifestaba que “no había nada de malo en inducir a los jóvenes al suicidio, plagas de jóvenes débiles de espíritu que forman parte las “capas inferiores” como las personas sin hogar. Sin ellos, las cosas van a ir mejor y ofrecerles el suicidio es una forma, para ellos, de ganar”. Espeluznante, no hay otra palabra.
La madre de una de las victimas se infiltró en estos grupos y realizó averiguaciones inquietantes. Algunas de las muertes de los niños que, presuntamente, se habían arrojado por la ventana, el lugar donde aparecieron los cuerpos sin vida, no parecía ser el espacio natural de una persona que se deja caer el vacío. Alguien podría haberles empujado o arrojado con fuerza u obligarles a saltar.
También descubrió fechas que fueron coincidiendo con los días en los que aparecían niños muertos y testigos que parecen decir que en el momento de caer, había más personas en los balcones y tejados de los que luego caían al suelo. Parece que se preparaban, recibían una llamada o un mensaje de alguien que les estaba esperando allí para cerciorarse de que acababan con sus vidas y si no, les empujaba a hacerlo. Habrá que estar muy atent@s y estar pendientes de nuevos datos sobre estos sucesos que parece se han extendido ya a Polonia.