Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
INTERNET, CIUDAD CON LEY
Nuestros datos personales están cada vez más expuestos en la Red. Casi todo lo que hacemos ya es online, pero ¿y si un día recibes una citación judicial como denunciado? Esto ocurre, los delincuentes usan nuestra información para cometer delitos. Aprende cómo actuar si te pasa a ti.
Un día, de repente y sin saber por qué, recibes una citación judicial ¡En calidad de denunciado! Supuestamente, perteneces a una banda criminal que se dedica a estafar mediante el timo del alquiler del apartamento turístico: eres el titular físico de la cuenta bancaria a la que van los pagos de las victimas. Has pasado de llevar una vida tranquila a ser un presunto criminal. Ocurre. Delincuentes verdaderos que utilizan nuestra información (personal y/o bancaria) para cometer delitos. Esto no es una peli ni una broma, es real y tienes un serio problema.
Cuando decimos que los criminales no tienen escrúpulos con tal de que no les identifiquen, es que no los tienen. Los agentes de policía estamos acostumbrados a recibir citaciones judiciales para comparecer en juicios relacionados con las investigaciones que hemos llevado como denunciantes, testigos o peritos (y aún así, las primeras veces que las recibes, “da un poco de miedito”) y lo primero que haces es mirar en “calidad de que”.
Un día, yo misma, recibí una citación judicial que me llegó por “otros cauces” diferentes a los ordinarios (algo raro está pasando, pensé). Cuando la leí, decía que tenía que comparecer en calidad de ¡denunciada! con todos los medios de prueba de los que pudiera valerme, con abogado si lo estimaba necesario y, lo más importante, para defenderme de unos hechos que no había cometido. Tener que defenderse de algo que no has hecho, es muy duro. En mi caso, conocía perfectamente ese tipo de procesos (no era un tema ciber), incluso los había investigado, y supe bien cómo defenderme; lo hice sola y la denuncia se archivó. Acostumbrada a moverme entre Juzgados y escritos judiciales, lo pasé mal. Y más cuando, no es el caso del que hablamos, fue un “error” (por decir algo) durante el proceso de “investigación”.
No quiero ni pensar lo que puede llegar a sentir alguien que no ha visto un Juzgado (por fortuna) ni de lejos y que se vea en estas circunstancias. Nuestros datos personales están cada vez más expuestos en la Red. Casi todo lo que hacemos ya es online y las webs y/o empresas guardan toda nuestra información en servidores. Unas veces somos nosotros mismos y en otras ocasiones son otros quienes por dinero o desconocimiento (de forma no consentida y temeraria) sobreexponen nuestra información personal. También, y cada vez con más frecuencia, los servidores de páginas web y/o empresas y proveedores de servicios son atacados y toda la información que almacenan de trabajadores, usuarios y clientes (personal y bancaria) queda expuesta y/o en manos de criminales.
Una vez que tienen nuestra documentación, datos personales y/o bancarios, es posible contratar cualquier servicio de forma online: publicación de anuncios, abrir cuentas bancarias, contratar servicios como líneas de teléfono e internet, cuentas en Ebay, perfiles en webs de juego online, productos financieros y comprar cualquier bien.
A partir de este momento, el cibermalo puede optar por hacer cargos en tu cuenta comprando en Amazon lo que le de la real gana y pidiendo la entrega física en cualquier lugar que no sea su domicilio; recibir los códigos en una cuenta de correo falsa abierta con tus datos, administrada a través de una conexión de internet no rastreable o un código de activación recibido a través de un SMS a un número de móvil a tu nombre o cuenta bancaria contratada por ti, supuestamente, donde reciben los pagos de víctimas estafadas.
O también, por ejemplo, pueden crear un perfil falso en una red social para cometer delitos de sextorsion o grooming, y acceder a esa cuenta desde una línea de Internet asociada a tu nombre. La Red pone mucho más fácil estos menesteres delictivos. Mientras las comprobaciones de identidad no se lleven a cabo de forma biométrica, la cosa está como está. Contratar un servicio o comprar un bien es muy cómodo, pero lo es para todos.
Cuando la policía haga sus investigaciones va a llegar a esos rastros y a los servicios donde tu constas fraudulentamente como titular. Lo siguiente será informar al Juez de que quien figura en esos servicios implicados en delitos eres tú. A priori, no hay forma para la policía de comprobar que se está haciendo un uso ilegítimo de tu identidad salvo que lo hayas denunciado previamente. Esto es muy importante. La denuncia. Si tienes constancia de que alguien está utilizando tu identidad sin saber, de momento, para qué, denúncialo. Una denuncia por usurpación de identidad podrá no llegar a ningún sitio si de momento no hay constancia de unos hechos delictivos pero al menos, te habrás anticipado si te ves envuelt@ en ellos a posteriori.
Cuando eres el denunciante, aportas todos los hechos que acrediten que has sido o estás siendo víctima de un delito. Es el denunciado (y no el denunciante) quien debe comparecer ante el Juzgado con todos los medios de prueba de los que pueda valerse (si los tiene) o buscarse una abogado que le pueda orientar sobre cuáles son las gestiones que conviene solicitar ante el Juez para acreditar su inocencia. Con todo ello, será la Autoridad Judicial quien deba valorar, conforme a “su sana crítica” cuál ha sido, o como en este caso, no ha sido, tu participación y que eres una víctima más. Pero lo tienes que demostrar o por lo menos, que tu presunta “participación” se debe a una usurpación de tu identidad y una utilización ilegítima posterior para esos fines. Si existe una denuncia anterior, te puede ayudar bastante.
Por tanto, lo más recomendable es que si tienes conocimiento fehaciente de que tus datos pudieran estar entre los robados de una base de datos que ha sufrido una ataque, compruebas que existen cuentas o servicios contratados a tu nombre que no has realizado, lo denuncies. Al menos, tendrás forma de poner de manifiesto que tu información personal pudiera estar siendo empleada de forma ilegítima. Si la policía llega al titular de un servicio que ha sido contratado de forma fraudulenta y ya está denunciado, la cosa cambia. Comprobamos, o se debiera, si existen denuncias previas.
Se da el caso de empresas y webs que sufren ataques a sus bases de datos y que no son denunciados por temor a sufrir sanciones por protección de datos, daño reputacional al ponerse en tela de juicio su (in) seguridad o alertar a los usuarios y perder clientes. Si alertas que existen servicios o cuentas que no has contratado, denúncialo de igual forma. Puede que el origen esté en esa fuga de datos empresarial y la empresa haya hecho mutis de ese ataque. Eso también se puede investigar.