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Cibercriminales en la DeepWeb
“Comprar una Glock es igual de fácil que comprar una barra de chocolate”. Esto es lo que dijo Liam Lyburd, el joven de 18 años autor de la masacre en el colegio de NewCastle en julio de 2015. Según sus manifestaciones, compró el arma a través de Internet, en la DarkNet ¿Es posible? Lo es.
Hace unos días EUROPOL anunciaba la detención de los principales administradores de Alphabay y después de Hansamarket. Sin duda, las labores titánicas de las investigaciones policiales para dar con los cibercriminales en la Deep Web están dando frutos pero la lucha continúa con el resto de mercados negros activos en la Darknet. Pocos se imaginaban que Hansamarket, que recogía a los “refugiados”, como así llamaba a los usuarios espantados por la intervención policial de AlphaBay, iba a ser la siguiente en caer en pocos días. Aun así, después de la caída de Alphabay y Hansamarket, el mercado negro de las armas continúa su andadura con Dreammarket, Valhalla (Silkkitie), Oasis, Python market, TheDetox market, Traderoute, Minerva, Acropolis, Tochka, Dark-net-heroes-league y así hasta los 44 mercados que hasta el 28 de julio seguían activos.
Las dificultades para dar con las identidades de traficantes de bienes ilícitos y sus compradores están generando efectos en el mundo físico como es la venta de armas. Un preocupante mercado donde el terrorista del centro comercial de Munich, un joven de 16 años, acabó con la vida de 9 personas y otros 53 heridos con una Glock 17 de 9mm. Había adquirido el arma a través de la Deep Web, el mismo lugar de Internet donde algunos medios sospechan se adquirieron las armas de los atentados de París en noviembre de 2015.
La Universidad de Massachussets, junto con la asociación RAND EU de investigación han presentado un informe llamado Behind the curtains (Tras las cortinas) hace unos días donde se presentan datos inquietantes sobre el tráfico ilícito de armas de fuego, explosivos y armas blancas a través de la Dark Web. Es el primer informe sobre venta de armas y explosivos en la DarkNet que se realiza con datos objetivos, aunque sus investigadores recomiendan seguir con el estudio al objeto de realizar big data y poder anticipar estimaciones más concretas sobre este tema.
Si no tienes tiempo (o ganas) de estudiar y exprimir las 150 páginas en inglés con los resultados del estudio (no te diré cuánto me ha llevado), “Tempus fugit”, te propongo le dediques unos minutos a este mini resumen que te he preparado, merece la pena.
Los investigadores cuentan que les costó mucho encontrar anuncios explícitos sobre venta de armas, explosivos y municiones porque la oferta existente no es tan extensa como la droga, productos de malware, tarjetasde crédito robadas como de las que ya te hablé, por lo que la muestra de su estudio no es muy representativa. Solo 167.693 bienes ilícitos listados ¿El motivo? La venta de armas todavía no es muy grande y los administradores de los mercados negros lo encuadran dentro de los apartados “Otros” o “Miscelánea”, por lo que los crawlers y web scrapers específicos que emplearon para indexar los anuncios existentes pudieron saltarse estas clasificaciones y los anuncios de armas que contenían.
Motivos por los que no se venden armas en los DarkNets
Como hemos comentado, no hay tantos anuncios de venta de armas como de drogas. Motivos no faltan. La venta de objetos cuyo uso puede causar daño a terceros despierta cuestiones éticas y algunos administradores de estos mercados negros no ven con buenos ojos que este tipo de objetos pueda caer en manos de terroristas y asesinos. El temor a la existencia de posibles ventas- cebo, publicadas y camufladas por maderos que actúan como agentes encubiertos para atrapar posibles compradores que espanten a la clientela. Y, por último, la mayor probabilidad de que existan vendedores fraudulentos que den gato por liebre a los compradores y éstos contribuyan a alimentar la mala fama de su mercado con valoraciones negativas.
Sí, es la Deep Web. Pero acuérdate que incluso en el salvaje oeste había normas y los administradores que se la juegan en estos territorios quieren ganar la mayor pasta posible y no dudan en imponer las reglas que estimen oportunas dentro de su “oscuro negociado”.
¿Qué se vende?
Los 167.693 anuncios listados se pueden agrupar en una muestra total de 811 unidades de muestra, discriminando entre anuncios y anunciantes que se presuponen pertenecen al mismo usuario. Dentro de esas 811 unidades, casi un 50% de ellos corresponden a la venta de armas de fuego, municiones y sus componentes; los tutoriales y e-books sobre cómo fabricar un explosivo y manuales sobre sistemas de impresión 3D de componentes de armas de fuego constituyen un 27%; las armas blancas un 22% y los explosivos un residual del 5%.
¿Cómo se vende?
Lejos del tipo anuncio de venta: “Se venden armas”, que los hay, si hay algo que les ha llamado la atención a estos investigadores son los mensajes de los propios anuncios y es que son, cuanto menos, curiosos: “Nunca ha sido utilizada en un delito o asesinato”;”El arma está usada pero no para matar a ninguna persona”. “Cómprala ahora, te sentirás seguro en tu país porque tienes derecho a ello” o “Compra ahora y siéntete más seguro cuando salgas de casa” e, incluso, algunos anuncios pretenden atraer a jugadores de egaming con el siguiente mensaje: “Experimentarás la misma sensación que cuando juegas al juego donde usas armas”
En todo caso, es preocupante que las armas a la venta, no especifican si son nuevas o de segunda mano, sean aptas para el uso. La gran mayoría de armas de fuego tienen los números de serie borrados, manipulados o alterados para que sea imposible determinar su origen. Lo normal es que la munición, junto con los complementos de las armas, se ofrezca como “alternativa” de compra complementaria al arma que se está adquiriendo, al más puro estilo modo Amazon: “Te puede interesar…”. Curiosamente, lo segundo que más se vende es lo que ellos llaman el “producto digital”: manuales sobre cómo fabricar armas y explosivos y/o como crear sus componentes mediante impresión 3D.
Precio
Tienen un mayor precio que el de venta en la calle, dependiendo de su modelo o tipo. Llama la atención de que las pistolas simuladas tienen mayor precio que las reales.
El total del volumen de venta es de aproximadamente unos 68.000 euros, un negocio ridículo comparado con los 12 millones de euros procedentes de la venta de droga o las millonadas que genera la venta de armas en el mercado físico. Los precios de las armas de fuego van desde los 935 euros a los 9000 euros, siendo los más económicos los productos para impresión 3D y las réplicas, con un 10% valor de un arma de fuego original. Su coste económico, por tanto, puede ser el motivo por el que son el segundo producto más adquirido.
Forma de pago
El pago en los mercados negros o como ellos los denominan, los “criptomarkets”, se realiza en criptomonedas (Bitcoin, Monero, Ethereum, etc) por el anonimato que permite y en un intento de evitar estafas entre vendedores y compradores, los administradores de estos criptomarkets ofrecen un servicio de intermediación a modo de depósito de confianza que denominan escrow, como puede ser el sistema de Ebay. El dinero del pago no se entrega al vendedor hasta que no se confirme la recepción correcta del material comprado. Son quizá las armas los paquetes que más riesgo presentan de ser intervenidos y controlados.
Procedencia
El 50% de actividad procede de EEUU, tanto en número de vendedores como en número de transacciones internacionales. No obstante, los clientes de los mercados negros no suelen especificar el lugar de procedencia o de destino (por razones obvias) o si se especifica, indican lugares genéricos como Europa, EEUU, o worlwide (ancho mundo). Tampoco te especifican si la venta es directa o a través de intermediarios. No obstante, en el caso de los que si se publica el país origen, este es EEUU, con un 58% con destino a otros países, seguido de Dinamarca con un 9% y Alemania con un 6%.
Por último y más preocupante, ¿Quiénes son los que se arriesgan a comprar estas armas?
Bandas organizadas, personas individuales y lobos solitarios con fines terroristas que cometen masacres como las que ya hemos vivido. El estudio lo tiene claro. El volumen y el riesgo que se asume con el tráfico de este material a través de la Red no es el campo preferido de grandes traficantes y bandas organizadas que siguen prefiriendo traficar en el mundo físico, “más seguro” para ellos”. Hay que tener muy claro el motivo por el que se quiere asumir este riesgo y tiene que ser un motivo de peso.
Por tanto, si hay una frase que resume este estudio es que aunque, comparado con otros bienes ilegales, es un mercado pequeño, su alcance es mundial y el peligro está ahí, al alcance de cualquiera.