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INTERNET, CIUDAD CON LEY
Si hay una aplicación estrella, y no solo por los millones de usuarios que la utilizan, sino también por su habilidad para romper parejas, esa es, sin duda, WhatsApp. Testigo omnipresente en discusiones de pareja, infidelidades y escarceos sibilinos. Whatsapp, el mensajero infiel: mensajito por allí, mensajito por allá, quedamos y nos vemos, y la foto de un/a atractivo/a desconocido/a enciende las iras de tu pareja.
Tranquilos infieles, WhatsApp no habla, o al menos por el momento. No es un chivato, es algo peor: una base de datos. Las palabras se olvidan, se las lleva el viento. Los datos permanecen, se copian, se transfieren, se leen, se espían.
Si introducimos en el buscador Google la palabra “espiar” el resultado… ¿es asombroso? No, al contrario, es muy predecible: “espiar whatsapp”, “espiar móvil”, “espiar Facebook”, “espiar conversaciones”, etc.
Algo no va bien. “Mi pareja me está espiando el whatsapp” ¿Por qué? Te pregunto. “Porque sabe detalles que solo están escritos en los mensajes de mi whatsapp”.
¿Qué hacer?
Antes de ponerse a buscar en foros para tratar de calmar sus sospechas, el autor del espionaje o aspirante a espía únicamente debe saber dos cosas;
La primera es que acceder a las conversaciones privadas, entre ellas las incluidas en WhatsApp (buen momento para recordar al control parental que también incluye las conversaciones de los menores) constituye un delito de descubrimiento y revelación de secretos del artículo 197 (para más información, véase el Código Penal). Interceptar mensajes para descubrir la intimidad de tu víctima sin su consentimiento conlleva penas de prisión.
La segunda es que, si tratas de monitorizar el WhatsApp de alguien, puede ser que acabes siendo tú la propia víctima. No eres un experto informático ni conoces bien los peligros de Internet y los malos lo saben. Lo primero que harás será introducir búsquedas sobre cómo espiar whatsapp. Los cibercriminales ya habrán ideado alguna aplicación maliciosa o comercial que aparezca en tus búsquedas como el caso Whatsapp Spy. Acabas suscrito a servicios SMS Premiun (servicios telefónicos en los que, supuestamente, a través de SMS te enviarán una clave para acceder a estos programas espía). Por supuesto que hay formas de hacerlo, pero son técnicamente complejas para cualquier usuario y nunca se van a ofrecer de forma tan comercial.
Víctima de este desasosiego, es tu turno.
Desde el principio, hay que saber y valorar cuáles son, en cada caso, las circunstancias en las que se están produciendo los hechos que denuncias. Afirmativo, existen formas para acceder a las claves y contraseñas de las cuentas asociadas que gestionan la base de datos de tu WhatsApp. Algunas argucias son más técnicas y otras, pura ingeniera social (métodos ideados por el, llamémosle, espía para obtener tus claves).
Comienza el interrogatorio.
¿Te has separado alguna vez de tu smartphone? Es decir, ¿tu supuesto espía puede haber tenido acceso físico al teléfono? Podría ser. Desde la simple observación directa del contenido de tus mensajes y contactos, hasta haber realizado cambios en la configuración de tu móvil y acceder a las opciones de privacidad. Tanto en tu móvil como por encima del hombro en tu ordenador, podría haber visto y cambiado las cuentas de correo o ID de Apple y contraseñas asociadas a tu Android y a la aplicación ICloud y que te permiten acceder al contenido de tus mensajes.
Si tenéis una relación cercana, conseguir tus contraseñas para estos servicios será cuestión de ingeniería social y algo de tiempo. Puede ser que se haya realizado una copia de seguridad de tu dispositivo, o haya instalado una aplicación maliciosa de control en tu móvil (que no detectarás) en lo que dura tu carrera de running. Tendrá que descifrar su contenido, pero es cuestión de trastear por foros y webs especializadas y algo de tiempo.
Una vez haya accedido en línea o copiado tus bases de datos de WhatsApp de tu teléfono, tu espía podrá ver el contenido de tus mensajes, contactos, teléfonos con los que te mensajeas e incluso tu localización, desde otro ordenador, cómodamente y con tiempo suficiente para sacar conjeturas e inventar sus propias películas o conocer algo de tu otra vida.
Si es seguro al 100% que tu pareja u otros no han tenido acceso físico al teléfono, copiar la base de datos de whatsapp mediante acceso remoto, aunque técnicamente posible, es muy complicado e inusual.
Ya lo decía el refrán: la curiosidad mató al gato. Si tienes negocios “oscuros” en tu vida privada recuerda siempre que… Las palabras se las lleva el viento.