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LA TECNOLOGÍA REDISEÑARÁ DE ARRIBA ABAJO LAS CIUDADES
La tecnología ha irrumpido definitivamente en la vida cotidiana de las personas para cambiarla rápidamente. Pero también va a hacerlo a gran escala. Los cambios que en la época industrial, durante todo el siglo XX, han sido paulatinos, ahora se han acelerado. Y uno de los blancos de este progreso técnico serán las ciudades.
Hay varios aspectos que las ciudades verán transformados radicalmente de aquí a unos años, debido especialmente a la automatización y a la necesidad de emplear energías renovables.
Una nueva movilidad
La movilidad del futuro ya se está gestando. Tiene que ver con los coches eléctricos. Pero esta es solo una de las piezas y una de las tecnologías. La tendencia es a crear sistemas de transporte no contaminantes y aquí se incluye también la bicicleta, así como medios de transporte unipersonal eléctrico, como los llamados hoverboard o patinetes eléctricos.
Las ciudades potenciarán el transporte público, como medio más sostenible que el privado. Y, en este terreno, el rey de las ciudades hasta ahora, el coche, dejará de tener tanta importancia. Al menos en su versión privada. Iniciativas para compartir vehículo y servicios de ride-sharing, tipo Uber o Cabify, serán la norma en urbes necesitadas de velar por la calidad del aire.
La llegada de los coches autónomos
Este segundo aspecto entronca directamente con el primero. Y es que los pocos coches privados que haya serán autónomos. Serán capaces de recoger al pasajero, pues ya solo se conducirá por placer, y llevarlo a cualquier sitio. Lo dejarán donde corresponde y a continuación se dirigirán a su aparcamiento, que podría estar lejos de allí. Pero es que las compañías de ride-sharing también se servirán de coches autónomos para prestar sus servicios, prueba de ello es la investigación que Uber hace en este terreno.
La ubicuidad de la energía solar
Las energías renovables reciben cada vez mayor impulso. El Acuerdo de París ha dado un espaldarazo definitivo a este sector. Sin embargo, uno de los problemas que tienen las ciudades para abastecerse de estas fuentes es que tienen que tanto la solar como la eólica requieren grandes extensiones de terreno para producir gran cantidad de electricidad.
Por eso ya se están buscando fórmulas para buscar estas superficies en las ciudades. La eólica es más aparatosa, pero las placas solares se pueden colocar en las azoteas de los edificios. En España la legislación ya obliga a los de nueva construcción que tengan paneles en su tejado. Pero en otros lugares se está experimentando con los trenes, como en India, donde algunos vagones llevan placas solares para apoyar la propulsión del ferrocarril. Por no hablar de los cristales con capacidad para recoger energía solar, una tecnología que lleva años en exploración y, últimamente, en pruebas.
Arquitectura
La arquitectura, como siempre, es uno de los factores que más afecta al aspecto de las ciudades. El futuro está en edificios ecológicos, como el rascacielos rematado por una forma picuda que Norman Foster construyó en la city de Londres. Pero también ganarán peso los edificios verdes, revestidos de plantas y naturaleza viva, como la ciudad-bosque que China ha empezado a construir.
Drones sobre el cielo urbano
La nueva regulación de drones en España abre las puertas al vuelo urbano, aunque aún queda ver bajo qué supuestos. Estamos en el año 2018. En un futuro a medio plazo se puede esperar que los paquetes que ahora nos llegan mediante un mensajero que viaja en furgoneta, nos los haga llegar un dron.
El dispositivo no va a salir desde el almacén y volar hasta el punto de destino. Pero una flotilla de drones sí pueden montarse en una furgoneta (autónoma) que los acerque a la zona de reparto, para que después las aeronaves repartan los paquetes. Los gigantes de la paquetería DHL y UPS ya llevan tiempo haciendo pruebas en este sentido, sin olvidar los progresos del actor más prominente: Amazon.