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Las extensiones Google Chrome se utilizan como un método para mejorar las funciones del navegador o incluir herramientas que resultan muy interesantes, pero pueden ser la puerta de entrada de software malicioso a nuestros ordenadores. En muchas ocasiones instalamos extensiones que en un principio nos dan cierta seguridad porque las obtenemos desde la página de Google. Algo que desafortunadamente tampoco es garantía de que estás sean totalmente seguras. O incluso transcurrido un tiempo desde su instalación nos podemos encontrar que han sido utilizadas para introducir malware.
A lo hora se elegir que extensiones añadir en nuestro navegador y cuales no, podemos tener en cuenta unos sencillos trucos para detectar si se tratan de extensiones maliciosas. Fijarnos con atención en la página de la extensión puede evitarnos futuros problemas, son páginas que pueden tener errores gramaticales, con textos e imágenes que poco tienen que ver con la descripción, así como la fecha de publicación. Comprobar la web del y dirección de contacto del desarrollador, puede que estas nos remitan a web falsas o fuera de servicio. Revisará la política de privacidad y revisar las condiciones que estamos aceptando. Comprobar los permisos que requiere la extensión para funcionar, ya que en estos casos nos suelen solicitar permisos que nada tienen que ver con su uso o incluso que no soliciten permisos para leer y modificar datos en otras webs, esto nos puede hacer sospechar y que desistamos de la instalación.
Los desarrolladores en su búsqueda de mejorar la seguridad van implementando nuevas características en el explorador por las que no sólo hace un rastreo las extensiones que tenemos instaladas, sino que también nos avisa si tenemos instalado en nuestro sistema alguna sospechosa de albergar malware. Por lo que puede que si has instalado una de estas extensiones recibas un mensaje informándote de ello.
Comprobar las extensiones
Desde hace poco Google Chrome nos avisa si detecta este tipo de extensiones por lo que podemos comprobar la procedencia de esta y en el caso de que esta no nos de confianza poder tomar carta en el asunto y poder desinstalarla. Para llevarlo a cabo este tipo de comprobaciones debemos abrir una página nueva en nuestro navegador web y acceder a las opciones del navegador haciendo clic sobre el icono de los tres puntos en la esquina superior derecha. En la persiana desplegable selecciones “herramientas”, y de nuevo en el menú emergente “extensiones”. De este modo accedemos a la lista de estas que tenemos disponibles en nuestro navegador ya estén activadas o desactivadas para su uso.
Si entre las instaladas tenemos alguna sospechosa en la ventana de cada una de ella nos aparecerá en texto remarcado en rojo en modo de alerta “esta extensión contiene software malicioso”. Por lo que si no queremos encontrarnos con ningún problema añadido la eliminaremos pulsando de sobre el botón “quitar”. Para tener activado y actualizado Windows Defender y echar un vistazo a las extensiones añadidas a Google Chrome nos puede ayudar a mantener a salvo de los ciberataques a los que cada se ven sometidos nuestros dispositivos.