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OBJETIVO: EL TRABAJO DE TU VIDA
Las principales empresas de Silicon Valley se caracterizan por competir por el talento de los recién salidos de las universidades, o por el de los trabajadores que están en otras empresas. Aunque el ritmo de trabajo es verdaderamente intenso están vistos como muy buenos lugares para desarrollar una carrera profesional.
Pero antes de hacerse todas estas cábalas un candidato tiene que pasar las entrevistas que hacen estas compañías. Las de Google se han hecho famosas por la original complejidad de sus preguntas... pero no es la única compañía que emplea este método: las que hace Apple también son para darse cabezazos contra la pared.
Chorradas que te harán ganar un puesto en Google
Una de las preguntas que han trascendido de las entrevistas de Google es tan simple como ‘Enumera seis cosas que te pongan nervioso’. La primera de las ‘seis cosas’ podría ser “preguntas como esta”, acompañada de un rechinar de dientes ominoso. Y es que es difícil contarle a un entrevistador (quien por cierto, para llegar a su puesto seguramente tuvo que pasar por una entrevista de ese tipo y la superó) tus neuras, por mucho o poco justificadas que creas que están.
Además, el candidato no puede soltar un par de cosas y quedarse a gusto. “Emmm… Cuando en la tele te dicen que vuelven en 12 minutos, que aparezca una cucharilla en el sitio de las cucharas y las campañas electorales”. El entrevistador busca más: otras tres cosas que te pongan nervioso para completar el total de seis.
‘¿Cuántos coches pueden pasar por un puente cada día?’. Esta podría ser otra de las preguntas que te hicieran en tu entrevista para trabajar en Google. Mientras piensas 'cómo calculo yo esto' el entrevistador te mira con un gesto simpático, aunque tal vez por dentro tenga el ceño fruncido.
Volvamos a las preguntas introspectivas. ‘Si te diera ahora 10 millones de dólares, ¿qué harías?’. No vale responder “saltar y gritar de alegría antes de darle a usted un abrazo de oso, buen hombre”. Lo que quieren saber es qué harías con ellos.
Sigamos con problemas existenciales. ‘Si quisieras traer tu perro al trabajo pero uno de los miembros de tu equipo fuera alérgico a los perros, ¿qué harías?’. La respuesta es “no lo llevo”, ¿no? ¿No, Google? Pues ahora ‘diseña un plan de evacuación para el edificio’. Y por si no te has quedado satisfecho dime ‘¿cuántas formas puedes idear para encontrar una aguja en un pajar?’
Por último, ‘cuéntame un chiste’. El acabóse.
¿Eres listo?, ¿tanto como para trabajar en Apple?
Llegas a la entrevista y un tipo que se parece a Tim Cook pero que calza jersey de cuello alto como Steve Jobs y –inquietante– tiene algo que te recuerda a Bill Gates, te invita a sentarte con amabilidad. La primera pregunta podría ser ‘¿quién es tu mejor amigo?’. Es lo típico que te esperas cuando estás preparando una entrevista de trabajo.
A los ingenieros de software les suele caer algún problemilla que otro. ‘Si tienes dos huevos y quieres saber cuál es el piso más alto desde el que puedes dejar caer un huevo sin romperlo, ¿cómo lo harías?’
No vale decir que desde un primero ya se cascan, porque podrían preguntarte sencillamente ‘¿Eres inteligente?’, y no vas a decir que eres tonto porque Apple no contrata a tontos, pero tampoco te quieres hacer demasiado el listillo, porque normalmente los listillos resultan irritantes y hacerte el listillo si no eres realmente listo, es de tontos. Así que, ¿qué contestas?
Si esta pregunta no resulta lo suficientemente intimidatoria, en Apple tienen otras: ‘¿por qué debería contratarte?’ o ‘¿eres creativo?’, por ejemplo.
Y volviendo a la introspección personal, un candidato se podría encontrar preguntas tan sencillas de hacer como complejas de contestar. ‘Dime algo que hayas hecho en tu vida de lo que estés particularmente orgulloso’. ¿Aguantar en esta entrevista hasta ahora vale?