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SE REPLANTEAN EL FUTURO

A Samsung no le compensa vender móviles, pero sí componentes (de momento)

El negocio móvil parece reservado sólo para dos elegidos: uno es Apple, y el otro Samsung. Pero con condiciones

Samsung Galaxy Note 5 Javier Lacort

Los últimos resultados financieros de Samsung dejan a la compañía en problemas. Problemas que ya quisieran muchos otros fabricantes de electrónica de consumo, hay que decir. Sobre todo en el complicadísimo segmento de la telefonía móvil, donde casi nadie, literalmente, consigue beneficios. Lo de ganar dinero con teléfonos móviles es cosa de Apple y Samsung. El resto, lo pierden.

En cualquier caso, y aunque Samsung es una empresa más que saludable con beneficios cada trimestre, sus ventas y sobre todo sus beneficios por la venta de teléfonos móviles llevan más de un año yendo a la baja, y ni siquiera los Galaxy S6, seguramente el mayor salto de calidad que se recuerda en la compañía, han podido corregir la tendencia.

Entre los culpables de esto, más allá de lo que haya podido hacer la propia Samsung, están las buenas ventas de los iPhone, que siguen yendo viento a favor y acaparan buena parte del segmento premium. También el auge de los móviles chinos, especialmente en países en vías de desarrollo, donde los márgenes son inferiores pero el volumen es mucho mayor, como en India. Y también los fenónemos de marcas locales, como BQ en España, Wiko en Francia, Prestigio en Polonia o LGM en Italia. Marcas que han supuesto un arañazo a los fabricantes tradicionales... ¿Y quién era el fabricante tradicional con más ventas? Samsung.

Los componentes, algo mejor

El dato curioso: a Samsung le está dando dinero, sobre todo, el negocio de los componentes. Equipar sus propios procesadores en sus Galaxy les ahorra dinero respecto a si los comprasen a un tercero, y venderlos a otros les supone una vía de ingresos muy rentable. Tanto es así que en su próxima fábrica de microtransistores planea invertir 15.000 millones de dólares. O lo que es lo mismo: más del beneficio que le han dado todos los Galaxy S6 y S6 Edge en el último año.

En realidad la explicación es sencilla: fabricar un smartphone es fácil, pero no es tan fácil mantener un buen servicio técnico, que los smartphones mantengan una cierta calidad o que su marketing sea el mejor. En cambio, desarrollar procesadores y componentes internos es muchísimo más complejo, y además requiere de una infraestructura considerable.

Esto nos lleva al futuro: una Samsung mucho más contenida en la fabricación de smartphones y más enfocada en lo que de verdad le da dinero: componentes para otros fabricantes. Desde luego sería una solución mucho mejor para ellos que continuar la vereda de Nokia, BlackBerry y compañía, los que se quedaron por el camino. La alternativa de Samsung.