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LIBREROS, EDITORES Y DISTRIBUIDORES TUMBAN EL PROYECTO
Fuenteovejuna, todos a una. Ni libreros, ni editores ni distribuidores. Nadie del negocio de venta de libros en papel quiere que se vendan e-books en una carpa digital durante la Feria del Libro de Madrid. Abortan el proyecto antes de nacer.
El actual director de la Feria de Madrid, Manuel Gil, pierde. Y ganan los señores del papel. Ni los libreros, con poder dentro del comité de la Feria, ni los editores y, sobre todo, ni los distribuidores: nadie. TODOS se han negado en rotundo a aprobar un proyecto tan disruptivo como el que estaba en marcha.
Como ya contamos en TecnoXplora, la dirección de la Feria de Madrid tenía previsto desplegar, por primera vez en 75 ediciones, una carpa digital en la que 12 tiendas online españolas pudieran vender e-books durante el evento.
“Estábamos muy ilusionados con esta iniciativa. Vender directamente libros electrónicos en la Feria representaba poder hacer convivir a dos mundos –impreso y digital- en el mayor evento del libro de Madrid. No entendemos esa sinrazón”, explica un alto directivo de una de las tiendas online contactadas para la carpa.
“El libro electrónico solo representa el 5% de la facturación de todo el sector. ¿Cuál es el miedo que tienen y por qué? ¿Acaso creen que tener un mostrador de venta de e-books les va a afectar en sus ingresos durante la Feria? El proyecto era más un hecho simbólico, más de imagen, que un negocio”, añade.
En dicha carpa, se esperaba que estuvieran El Corte Inglés, Casa del Libro o Fnac hasta un total de 12 tiendas online, que, además de sus puestos de venta de libros impresos, desplegarían mostradores para la venta directa de e-books bajo ese espacio independiente de las casetas.
En ningún momento, se hubiera permitido–según las fuentes consultadas- ni la entrada de Amazon (en litigio latente con los libreros) ni siquiera Google. Ninguna de ambas multinacionales están agremiadas a cualquiera de las patronales del sector, con lo cual estaban excluidas del proyecto.
Por tanto, esa no ha sido la razón (meter al enemigo en casa), sino más bien una fuerte oposición por parte del sector del libro impreso que controla el comité u órgano gestor de la Feria; es decir libreros (5 miembros), editores (3) y distribuidores (2): todos se han opuesto frontalmente.
“Esto es una feria de papel. Y decimos no a la venta de libros electrónicos”. Estos han sido los dos argumentos de todos a una, Fuenteovejuna, para demoler el proyecto en el que durante más de tres meses había estado trabajando Manuel Gil.
tenían como denominador común que estaban afiliadas a algún gremio del sector editorial (librerías, editores, distribuidores), y que contasen con cierto peso dentro del mercado.
La idea era que la pool de tiendas online fueran “españolas” o “filiales españolas”, como lo son las plataformas de venta de e-books de los mencionados El Corte Inglés, Casa del Libro, Fnac España, entre otras.
No es que los estatutos de la Feria del Libro impidan vender novelas electrónicas durante el evento. De facto, desde 2010 se pueden comercializar novelas digitales, por ejemplo, pero solo por librerías o editoriales con tienda física.
Una permisividad más estatutaria que real, porque, por ejemplo, en 2010, de las 30 casetas que venían e-books dentro de sus áreas de negocio, apenas una o dos despachaban en ese formato.
“En la Feria, se pondrán vender libros electrónicos, pero cada librero o editor en un rincón de su caseta, no en una carpa. Se ha desestimado el proyecto, porque es un debate que aún no está maduro”, explican fuentes de la comisión de la Feria del Libro.
Que se haya abortado la carpa digital antes de nacer, no hace más que retratar los dos mundos enfrentados que existen dentro del gremio de los libros, un enfrentamiento del que sale siempre perdiendo el lector.
Los e-books, por tanto, no florecerán en la primavera de El Retiro.
(…“por huebos”…).