Así es la primera exposición de criptoarte NFT en España
Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
Internet
Los smartphones no son perfectos y muchos de ellos tienen la mala costumbre de agotar su batería muchas horas antes de llegar a casa y meternos en la cama. Por lo que hay instantes en los que haríamos cualquier cosa por conseguir un cargador que llevarnos al conector de nuestro dispositivo para ganarle unos cuantos minutos de autonomía. El problema es que esa desesperación podría llevarnos a sufrir un perjuicio todavía mayor si no tomamos una serie de precauciones.
Y es que no todos llevamos encima un cargador de móvil. Con tener el de casa nos basta por lo que, como mucho, acertamos a tener un cable extra a mano con el que es posible conectarnos a un puerto USB. El de nuestro ordenador es un buen sitio para hacerlo, y seguro, a diferencia de los muchos públicos que han proliferado en los últimos tiempos y que se han convertido en una auténtica amenaza.
Como os decimos, en los últimos años viene siendo común ver conectores USB-A en centros comerciales, restaurantes, aeropuertos, estaciones de tren y medios de transporte a los que podemos conectar nuestros móviles. Un servicio que se jactan de ofrecer (con razón) empresas y negocios, y que en recientemente se han convertido en un foco de problemas. Sobre todo en aquellos casos en los que no existe un control permanente por parte de quien los ha instalado.
Juice jacking se llama la amenaza
Esta amenaza es un tipo de ataque que se provoca a partir de la manipulación de un ciberdelincuente de ese conector, que pasa a trabajar también como puerto de datos. Eso significa que, a través del cable que enchufamos, inocentemente, podría colarse algún tipo de malware que dé comienzo a un ataque mayor. Incluso no necesitar tanto y simplemente ponerse a extraer de forma automática los datos que tenemos almacenados, como si estuviéramos haciendo una copia de seguridad conectados a un PC.
Esta amenaza no es nueva y podemos encuadrarla en el mismo nivel que las wifi gratuitas que también han proliferado y que, al margen del buen servicio que puedan darnos, nunca tenemos la seguridad de que un hacker ande conectado y vigilando qué dispositivos pasan por allí. De ahí que la mejor medida que podamos tomar en estos casos es la de evitar conectarnos a lugares donde la seguridad no está garantizada al 100%.
Ever heard of "Juice Jacking"? Ironically, it has nothing to do with your drink! Juice Jacking occurs when you plug your phone into public charging stations. pic.twitter.com/5psNfLYLWq
— GSO Police Dept. (@GSO_Police) February 17, 2020
Esta amenaza del Juice jacking es tan real que las autoridades de algunos países, como la norteamericana, han venido informando desde principios de año del peligro de conectar nuestros teléfonos a esos conectores USB públicos sin tener la certeza de que mantienen su integridad y única utilidad como lugar en el que rellenar la batería. Si eres de los que utiliza este tipo de conexiones, mucho cuidado con dónde lo haces y, sobre todo, busca herramientas, utilidades y aplicaciones que puedan advertirte de una incursión no autorizada en el interior de tu terminal.