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PASÓ 13 AÑOS EN PRISIÓN
En Suecia un podcast sobre crímenes reales ha aportado nuevas evidencias a un caso que se creía resuelto. La conclusión es que el hombre que llevaba en la cárcel 13 años acusado de robo y homicidio no se puede considerar culpable del crimen.
En el año 2004 Kaj Linna fue condenado en Suecia a pasar el resto de su vida en la cárcel. Los cargos fueron robo y homicidio, y desde aquel año permanecía en prisión. La sentencia se basaba en buena parte en un testigo que en la primavera de 2015 acudió a un programa de radio que se emite a través de podcast.
Se trata de Spar, un podcast que trata casos de crímenes reales. Lo llevan dos periodistas, Anton Berg y Martin Johnson, que realizan entrevistas a testigos y bucean en las pruebas de los crímenes. Cuando entrevistaron a este testigo, clave en el caso de Kaj Linna, su versión de los hechos se desvió de la que había contado en el juicio.
Los periodistas quedaron con el testigo y comenzaron a hacerle preguntas. Llegado un momento el entrevistado les pidió que apagaran el micrófono. Lo hicieron, pero tenían otro micro grabando que tenía como objeto captar la atmósfera del lugar. Y de este se olvidaron. La cuestión es que captó algo más que la atmósfera: registró unas declaraciones con nuevos detalles no revelados en el juicio y una historia que no coincidía con la que el juez había tomado en consideración para dictar sentencia.
Cuando los dos periodistas llegaron a casa descubrieron que el segundo micro había estado grabándolo todo. Llamaron al testigo para contarle lo que había ocurrido, pero éste no se mostró en contra de que el material se utilizara para el programa.
Una vez que el podcast sobre el caso de Kaj Linna se emitió -sus autores afirman que tuvo una audiencia de 300.000 personas- las preguntas afloraron. El reo hizo una apelación y utilizó el testimonio ofrecido en el programa.
La lucha empezó en mayo de 2015, a partir de la emisión del podcast, pero no fue hasta diciembre de 2016 que el acusado pudo salir en libertad. El juez había concluido que no existían pruebas suficientes para que Kaj Linna permaneciera en la cárcel y la presidenta del Tribunal de Apelación de Suecia también señaló que las pruebas presentadas durante el juicio eran insuficientes para condenar al acusado.
Ahora se abren dos interrogantes. El primero de ellos, el más inmediato, es qué va a pasar con Kaj Linna, un hombre que ha pasado los últimos 13 años en prisión cuando hoy los jueces no encuentran pruebas suficientes para condenarlo. La segunda tiene que ver con el crimen cometido hace más de una década: si la persona que había sido condenada por ello no es culpable, eso significa que el caso está todavía sin resolver.