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ALEXA, ASSISTANT, SIRI Y CORTANA SON LAS APUESTAS DE LOS PRÓXIMOS AÑOS
Amazon fue el primero en dar el paso. Abrió la puerta sigilosamente hace más de dos años, colocó su altavoz Echo en el salón y salió de puntillas. Tomaba así el relevo a Siri (Apple), que se había quedado estancado. Y lo hacía sin llamar la atención, cuando nadie sabía lo que era Alexa, más allá de una herramienta para medir el tráfico web.
Ahora Alexa se conoce por mucho más que eso. Es un asistente de voz, presente en el Echo, pero que también vive en otros dispositivos, incluidos los smartphones. Es más que una interfaz de voz para comunicarse con tu teléfono. Su inteligencia permite entablar contacto con la aplicación de Domino’s para pedir una pizza o tuitear una frase. Solo con comandos de voz.
Google, que no se podía quedar atrás, cuenta con su propio software, Assistant, que cruza datos sobre el tiempo, el tráfico, las noticias o la información sobre tu próximo vuelo. De esta forma estos asistentes, inteligencias artificiales personalizadas, pretenden ser útiles al usuario. En ello, están metidos todos los grandes.
Apple tiene a Siri, que hasta el pasado año solo había logrado la etiqueta de pionero, pero su utilidad dejaba mucho que desear. Y Microsoft mima a Cortana para que ayude a la expansión de Windows 10.
Alejandro Campoy, responsable de Microsoft Cortana para 11 países, señala que este tipo de software abandera una nueva aproximación respecto al usuario: “Cuando tú estás diseñando una inteligencia artificial, como desarrollador normalmente quieres que tu interfaz prevalezca. Con Cortana es al contrario. Mientras menos la veas, pero hagas más cosas, más valiosa va a ser”.
Campoy lo tiene claro. Afirma que Microsoft quiere ver a Cortana en todos los dispositivos: “Lo que estamos haciendo es que cualquier fabricante o cualquier plataforma o aplicación pueda utilizar Cortana como interfaz”, explica el directivo. El comentario da idea de la importancia que tienen estos mayordomos digitales para las empresas.
Y es que cada una tiene su interés en ellos, más allá de las ventajas que se procuren al usuario. Para Amazon, Alexa no dejaría de ser una pata para que los usuarios compren en su vasto mercado online.
Apple sabe que necesita de las comodidades que proporciona Siri para seguir vendiendo iPhones, sobre todo ahora que parece que la innovación en el hardware se acaba y hay que buscar otras vías para atraer a los usuarios, como el software. No solo eso, el asistente también podría impulsar las ventas del Watch y, sobre todo, las de los AirPods.
El fin último de Google parece ser la búsqueda de nuevos ingresos publicitarios, que constituyen su modelo de negocio tradicional. Aunque la compañía se declara neutral.
“Queremos proporcionar a los usuarios la mejor experiencia posible con Google Assistant. No tenemos ningún plan en términos de monetización por ahora”, apuntan desde la multinacional.
En lo que respecta a Cortana, Microsoft ha desarrollado su conocimiento principalmente en torno a áreas que tienen que ver con la actividad empresarial, como documentos y reuniones. Sería esta la parte que más le interesa a la compañía de Redmond, pese a la ambición de Windows 10 de ser omnipresente.
Un genio encerrado en un smartphone
Sin duda el dispositivo clave en esta guerra de los asistentes personales es el smartphone. Es la puerta a muchos otros, como wearables, aparatos de domótica e incluso los coches. Y, sobre todo, es el terminal que más se utiliza.
Es una simbiosis. Los asistentes necesitan a los smartphones y estos, a los asistentes. No en vano un software tan servicial, adaptado a las necesidades de los usuarios, puede ser un factor diferencial para aumentar las ventas de teléfonos inteligentes.
“Es una tendencia como otras muchas, pero parece que se va a convertir en algo que tiene bastante valor añadido para el usuario”, comenta Álvaro Galán, director de marketing de producto de Huawei. Esto ha llevado a que los fabricantes muevan ficha.
El pasado mes de octubre Samsung adquirió una compañía llamada Viv. El nombre quizá no diga mucho pero el currículum de sus fundadores tiene solera. Antes de empezar a empezar a trabajar en Viv durante 2012, parte de este equipo había desarrollado antes Siri (que Apple compró en 2010). Antes de empezar a formar parte de Samsung, el asistente ya tenía acuerdos con 50 compañías para integrar sus servicios.
Y aquí es donde está una de las claves del éxito de estos mayordomos digitales, que en los últimos meses todas las compañías han buscado ávidamente. En 2016 Apple anunció que Siri se abría a terceros. Así los desarrolladores podrían integrar el asistente en sus aplicaciones.
De la misma manera, el usuario ahora puede controlar por voz servicios de su smartphone, como Uber, WhatsApp o Square. Aunque hay campos vetados. Las aplicaciones que compiten directamente las de la casa, como las de música o de email, no acceden a Siri.
Amazon ha establecido una plataforma muy abierta en torno a Alexa. Desde el principio ha querido atraer a un ejército de desarrolladores para que construyan las llamadas ‘skills’, que así se llaman aplicaciones para el asistente. Mientras tanto, Google ha retrasado los acuerdos con terceros. Hasta el mes de diciembre del pasado año no permitió que los desarrolladores crearan contenido en torno a Assistant.
El hecho de que Samsung cuente con su propio asistente de voz muestra cómo el dominio de Android en los smartphones no tiene por qué traducirse al ámbito de los asistentes. De hecho, otro de los fabricantes que más terminales vende con la plataforma de Google, Huawei, ha llegado a un acuerdo con Alexa –al menos en América– para utilizar este software en sus terminales.
El enfoque de Huawei en esta materia es de doble vía. Por un lado, ha alcanzado este acuerdo con Amazon, pero también cuenta con su propio proyecto de desarrollo en China. En todo caso, desde la compañía tienen claro su objetivo.
“Lo que pretendemos con esto es la inmediatez, la facilidad con la que yo consigo la información. Y una de las formas más fáciles de interactuar con nuestro smartphone es la voz”, señala Galán, de la firma china.
Microsoft también abrió Cortana en el mes de diciembre, para que los desarrolladores pudieran diseñar aplicaciones sobre la interfaz de voz. Pese a que la presencia de la compañía de Redmond en smartphones es prácticamente nula, su aproximación es interesante para todo el sector.
“Hasta ahora el 80% de las interacciones de las inteligencias artificiales consisten en que tú pidas algo y el asistente te traiga la respuesta. No es una relación muy fluida”, apunta Alejandro Campoy.
Podría existir una relación mucho más provechosa con el asistente, según el responsable regional de Cortana: “Si tú en un correo electrónico escribes ‘Fulanito, mañana te envío la presentación’, Cortana va a detectar que ahí hay una acción y ella te puede ayudar a recordártela.
Así que mañana te va a aparecer una notificación que diga ‘oye, acuérdate que quedaste en enviar a Fulanito una presentación”. Se trata de que el software haga cosas útiles para el usuario sin que este se lo pida y es otra de las claves para el despegue de la tecnología.
“A día de hoy el usuario no está habituado a ello. Pero los asistentes marcan las pautas de una nueva forma de interactuar con nuestros smartphones. Y esto puede ser el punto de partida hacia otros dispositivos inteligentes”, indica Galán.
Apenas ha empezado la primera batalla de esta guerra y ya se anticipa dónde estará la próxima: en los wearable, en los altavoces para el hogar, en los coches. En todo aquel dispositivo que disponga de una conexión a internet, se puede encender este prurito servicial, el genio de la lámpara del siglo XXI.