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SEMEJANZAS ENTRE LOS PÁJAROS Y LOS SOFTWARES
Una de las formas de aprendizaje más frecuente en animales se basa en ensayo y error y en eso coinciden con la inteligencia artificial.
Sin duda la inteligencia artificial está cada vez más presente en nuestra vida. Ya no se trata simplemente de una disciplina vinculada a lo digital pues ha comenzado a ocupar espacios como el arte, las sugerencias sobre el futuro de la humanidad, la lingüística y la arqueología o la medicina. Y ahora se mete de lleno en las neurociencias.
De acuerdo con un estudio publicado en 'Current Biology', las palomas y la IA comparten similitudes en su "forma de pensar".
Los autores del estudio, liderados por Edward Wasserman de la Universidad de Iowa, demostraron que el enfoque repetitivo de prueba y error de las palomas con el procesamiento de la inteligencia artificial son equiparables. Mientras a los se les "enseña" cómo identificar patrones y objetos fácilmente reconocibles por los humanos, las palomas recurren a estrategias similares a la hora de procesar información.
"Constantemente escuchamos maravillas de la IA – señala Wasserman en un comunicado–, todas las cosas asombrosas que puede hacer. Puede ganarle a ajedrecistas consagrados, a expertos en videojuegos... Puede ganarnos en todo tipo de cosas. ¿Cómo lo hace? ¿Es inteligente? No, está usando el mismo sistema o un sistema equivalente al que usan las palomas".
El equipo de Wasserman distingue dos tipos de aprendizaje: el aprendizaje declarativo (usar la razón basándose en un conjunto de reglas o estrategias) y el aprendizaje asociativo, que se centra en reconocer y hacer conexiones entre objetos o patrones, como, por ejemplo, "azul cielo", "hierba verde" o "mojado agua".
Numerosas especies de animales utilizan el aprendizaje asociativo, pero se cree que solo unos pocos (delfines y chimpancés entre ellos) son capaces de aprender declarativamente.
¿Qué ocurre con la IA? ¿Es tan inteligente como para llegar al aprendizaje declarativo? Los autores idearon una prueba "diabólicamente difícil" (como el propio Wasserman la bautizó), para averiguarlo.
Cuatro palomas fueron sometidas a la prueba en la que se les mostró un estímulo y tuvieron que decidir, picoteando un botón a la derecha o a la izquierda, a qué categoría pertenecía ese estímulo. Las categorías incluyeron ancho de línea, ángulo de línea, anillos concéntricos y anillos seccionados.
Una respuesta correcta se premiaba con un alimento, la incorrecta no tenía premio. Lo que hacía que la prueba fuera tan exigente, dice Wasserman, es su arbitrariedad: no había ninguna regla o lógica que ayude a descifrar la tarea. Cada una de las cuatro palomas de prueba comenzó respondiendo correctamente aproximadamente la mitad de las veces. Pero después de cientos de pruebas, el cuarteto finalmente aumentó su puntaje a un promedio de 68 % correcto.
"Estos estímulos son especiales –añade Wasserman que lleva estudiando palomas más de tres décadas –. No se parecen entre sí y nunca se repiten. Tienes que memorizar los estímulos individuales o las regiones desde donde ocurren los estímulos para poder realizar la tarea. Las palomas son como maestras de IA. Usan un algoritmo biológico, el que les dio la naturaleza, mientras que los ordenadores está usando un algoritmo artificial que les dimos los humanos".
El denominador común es que tanto la IA como las palomas emplean el aprendizaje asociativo y, sin embargo, ese pensamiento de nivel básico es lo que permitió que las palomas finalmente obtuvieran una puntuación exitosa. Si las personas hicieran la misma prueba, dice Wasserman, obtendrían una puntuación baja y probablemente se darían por vencidas. ¿Significa esto que las palomas pueden ser más inteligentes que nosotros en algún aspecto? Para responder a ello tenemos el dilema de Monty Hall.
"El objetivo era ver hasta qué punto un mecanismo asociativo simple es capaz de resolver una tarea que nos preocuparía porque las personas dependen en gran medida de las reglas o estrategias – concluye Wasserman – . En este caso, esas reglas se interpondrían en el aprendizaje. La paloma nunca pasa por ese proceso. No tiene ese proceso de pensamiento de alto nivel. Pero no se interpone en el camino de su aprendizaje. De hecho, en cierto modo lo facilita".