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LO HA DEMOSTRADO UN PROFESOR JAPONÉS
El ser humano dispone de elementos de identificación que son únicos en cada persona: el iris de los ojos o las huellas dactilares son algunos de ellos. Y es precisamente en esta última forma de identificación, las huellas, en las que se podría llegar a producir un problema de robo de identidad, tal y como ha explicado el profesor Isao Echizen, del Instituto Nacional de Informática de Japón.
La explicación es sencilla y te va a sonar familiar. Es muy común entre los japoneses y, cada día más, entre el resto de culturas, hacerse selfies haciendo el símbolo de la paz. Este sencillo e inocente gesto hace que coloquemos los dedos índice y corazón de cara a la cámara de fotos. En caso contrario, en algunas culturas como la anglosajona, el significado sería bien distinto.
Es ahí precisamente, en ese gesto, donde Echizen alerta de que, con la tecnología actual existente se podría ampliar esa imagen, ese selfie, y llegar a escanear gráficamente tu huella dactilar. Lo que viene después te lo puedes imaginar: una vez escaneada, la reproducción indiscriminada de la misma podría llevarse a cabo fácilmente.
Para demostrar este extremo, el profesor Echizen realizó un experimento en el que fue capaz de recopilar datos de huellas dactilares de fotos que se habían realizado a tres metros de distancia del sujeto que se estaba estudiando.
De este modo, cabe preguntarse si habrá que pixelar los dedos cuando se hagan este tipo de selfies en pos de la seguridad digital o si, directamente, en unos pocos meses dejaremos de ver los símbolos de la paz en los selfies de los japoneses y de los que no lo son.