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MÁS ALLÁ DE LA FUNCIÓN ESTÉTICA
Algunos tatuajes -que no todos- pueden quedar muy bien. Pero es que, además, hay algunos que pueden servirte de ayuda en el aspecto sanitario.
Llevan tanto tiempo instalados en nuestra sociedad que ya casi no son ni una moda, sino una tendencia totalmente asentada entre las distintas culturas, sea cual sea su origen. Tener un tatuaje ya no es ni transgresor: es un complemento estético más.
Sin embargo, a menudo han sufrido críticas desde el aspecto sanitario: ¿cómo afecta esa tinta a la piel? ¿Y si nos tatúa un inexperto y nos produce algún tipo de contagio? ¿Y si tenemos una infección? Ahora parte del mundo del tatuaje le ha dado la vuelta a este concepto: los tatuajes no sólo no tienen por qué ser peligrosos para la salud, sino que de hecho pueden ayudar a beneficiarla en gran medida.
Así lo creen un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard y del MIT, que han creado Dermal Abyss, un proyecto con el que intentan que los tatuajes insertados en la piel vayan varios pasos más allá de los habituales y se conviertan en unos auténticos aliados a la hora de proteger nuestra salud.
El proyecto parte de un concepto aparentemente simple, pero sumamente interesante: si nuestra piel puede ser considerada un órgano, debería poder darnos información. Así pues, si sustituimos la habitual tinta de tatuaje por otra más evolucionada, nuestros propios tatuajes podrían proporcionarnos información dérmica de lo más interesante.
Los biosensores que analizan tu salud
La tinta que usa Dermal Abyss para sus tatuajes, por tanto, es especial. Incluye una serie de biosensores que van cambiando de color paulatinamente. ¿A qué se deben estos cambios? A las variaciones que el paciente en cuestión sufra en la piel.
Estos cambios varían en función de tres parámetros distintos: en primer lugar el PH, en cuyos cambios la tinta se volverá de un color cercano al rosa; en segundo, el nivel de glucosa, en cuyo caso la tinta pasará de azul a marrón; y en tercero, los índices de sodio en el cuerpo, que activarán un color de mayor intensidad en caso de que identifique que estos niveles no son los adecuados para el paciente.
Las aplicaciones médicas de estos tatuajes son realmente interesantes. La más activa es la de la detección y control de la diabetes. Y es que, si un diabético normalmente necesita comprobar sus niveles de glucosa hasta tres veces al día, en el caso de tener estos tatuajes podrá hacerlo en tiempo real sin necesidad de tener que pincharse.
Además, los investigadores de Harvard y del MIT aseguran que sus biosensores también podrían ayudar a prevenir la obesidad, además de llevar un tratamiento y control de otras enfermedades crónicas, como las migrañas o los problemas de estabilidad nerviosa.
Por el momento los tatuajes de Dermal Abyss están en fase de prueba y aún no son aplicados a gran escala, pero habrá que comprobar su evolución a lo largo del tiempo.