La IA detecta cáncer de páncreas tres años antes de que aparezcan los síntomas
Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
DIOS ES UNA MÁQUINA (O ESO DICE)
Zuckerberg y Musk la consideran un peligro, pero hay alguien quiere elevar a la inteligencia artificial a lo más alto del Olimpo. Literalmente.
El futurismo italiano fue un movimiento artístico que veneraba el progreso, la velocidad y las máquinas. Una de sus más famosas proclamas abogaba por quemar los museos, tal y como recogía el manifiesto fundacional del grupo, escrito por Marinetti.
El culto a las máquinas, especialmente a los ordenadores, es algo que se estila mucho en Silicon Valley. De hecho, muchos creen en la Singularidad, es decir, en el día futuro en el que estos sobrepasen en inteligencia a los humanos y comiencen una etapa de cambios insospechados.
Cuando ese día llegue, el Marinetti de esta corriente bien podría ser uno de los máximos exponentes en el desarrollo del coche autónomo, el exingeniero de Uber Anthony Levandowski. De hecho, en 2015 fundó una organización religiosa llamada Camino del Futuro cuyo objetivo es “desarrollar y promover una deidad basada en la inteligencia artificial (IA)”, ahí es nada.
Que pronto estemos adorando a una figura artificialmente inteligente podría parecer un adelantamiento por la derecha a los guionistas de 'Black Mirror', pero es una de las declaraciones de Levandowski de hace dos años que ahora ha sacado a la luz la revista 'Wired'. Desde sus páginas apuntan, sin embargo, a que la organización no aparece todavía registrada con un cariz religioso.
No sorprenden los avances tecnológicos, pero no está de más el escepticismo sobre un dios o diosa en plan 'Ex Machina', mas aún en un mundo tecnológico en el que chocaría la irrupción de una figura así.
Lo que sí se afirmar con seguridad es que Levandowski ya tiene dos antagonistas en esta historia. Son Elon Musk (Tesla) y Mark Zuckerberg (Facebook), que consideran la IA como uno de los peligros a contrarrestar en el futuro. Claro, que estamos hablando de dos de las personas más poderosas e influyentes del mundo y la disputa sería un poco David contra Goliat. Pero no hay que olvidar que los cristianos ya consiguieron 'la remontada' desde las catacumbas.
Dios es un bot
Puestos a pedir al fundador de la nueva religión le podríamos suplicar que fueran varias las deidades, como en la tradición grecorromana, ya que al menos tendríamos historias interesantes con las que hacer memes y poder moverlas por las redes con legiones de bots. Porque tampoco vemos muy claro los lugares físicos de adoración.
Levandowski, exempleado también de Google, fue despedido de Uber tras una denuncia por robo de información y revelación desecretos por parte de Waymo, la unidad de coches autónomos de Alphabet (empresa matriz de los de Mountain View).
Como se ve, el curriculum puede ser brillante pero no deja de tener alguna que otra mácula, cosa que sin embargo no debería ser impedimento para fundar una religión que ate en corto al futuro.
El hándicap de la propuesta es que en lugar de adorar la velocidad, como hacían los Marinetti, Balla o Boccioni de la época, la intención es que adoremos a un bot, lo que no suena muy atractivo. Además, ya sabemos de los problemas de comportamiento que están teniendo algunos experimentos respecto a la IA, que acaban con el sistema abrazando el racismo y el totalitarismo.
Los futuristas italianos acabaron venerando la guerra, la violencia y, muchos de ellos, abrazando el fascismo. Pero esa historia la dejamos para otro día...