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Internet
Las fake news han existido toda la vida solo que se llamaban "campañas de desinformación", y son tan viejas como las propias disputas políticas en las que crecen pero, a diferencia de otras épocas, las redes sociales e internet ayudan a propagarlas a tanta velocidad que pueden convertirse en una seria amenaza contra las democracias más asentadas del mundo. Ahí tenéis el escándalo de Cambridge Analytica y Facebook hace tres años cuando algunos soñaron con poder manipular la opinión pública de los países en los que actúan.
Además, con la llegada del coronavirus y las medidas de confinamiento, muchas plataformas de internet se lanzaron a reforzar sus medidas preventivas contra este tipo de noticias falsas, lo que ha venido provocando no menos encontronazos entre quienes ven en esa vigilancia una forma de censura, y los que la aplauden pidiendo que se extremen esas medidas hasta donde sea posible.
Según informa Reuters, en este último grupo se encontrarían las autoridades de la Unión Europea que quieren que las redes sociales, así como los buscadores de internet, reporten mensualmente a las instituciones para conocer exactamente a qué amenazas nos enfrentamos. Y eso afecta de manera directa a Google, Facebook (WhatsApp e Instagram) y Twitter, que son las empresas que agrupan a la mayor cantidad de ciudadanos y donde, además, existe un mayor peligro de proliferación de estos contenidos.
Reportes todos los meses
Como os decimos, conocer de manera precisa y temprana las fake news que se difunden por el continente es el objetivo que se han marcado desde las autoridades europeas, que creen que "Facebook, Google y Twitter deberían proporcionar informes mensuales sobre su lucha contra la desinformación", tal y como declararon hace unos días dos altos funcionarios de la UE. Por el fondo, como podéis imaginar, asoma la amenaza de injerencia rusa y china en los asuntos de los países miembros de la Comunidad Europea.
Hay que tener en cuenta que en las últimas semanas, algunos miembros de la Comisión han apuntado directamente a esos días países como responsables de campañas de desinformación con la intención de "influir en Europa". Solo hay que recordar lo ocurrido en 2016, tanto en las campañas electorales del Brexit en Reino Unido, como en las Presidenciales de EE.UU. que ganó Donald Trump, donde agencias de seguridad como el FBI mantienen a día de hoy que hubo "injerencias rusas".
Věra Jourová, Comisaria de valores y transparencia afirmó en una rueda de prensa que estas noticias falsas y las campañas de desinformación perjudican "la salud de nuestras democracias", con referencias concretas a ejemplos de fake news, como la que fomentaba la no vacunación y que solo en los últimos dos meses, consiguió aumentar el porcentaje de ciudadanos en contra en un 20%.
El propio Josep Borrell, Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad afirmó que "los actores extranjeros y ciertos terceros países, en particular Rusia y China, se han involucrado en operaciones de influencia dirigidas y campañas de desinformación en la UE, su vecindario y globalmente".