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CONSEJO
Solamente reiniciamos o apagamos el móvil cuando nos llega una actualización. Te contamos los beneficios que puede tener realizar esta acción más a menudo para el correcto funcionamiento del dispositivo.
El teléfono móvil suele ser ya una parte más de nosotros, tanto que pasa prácticamente las 24 horas del día encendido. La realidad es que deberíamos apagarlo más a menudo. Pero por lo general, lo solemos dejar encendido con la pantalla de desbloqueo y lo apagamos o reiniciamos cuando nuestro teléfono nos pide alguna actualización del sistema. Pero la realidad es que debemos de reiniciarlo con cierta frecuencia para optimizarlo y sacarle el máximo partido.
Cada vez que reiniciamos el móvil, estamos haciendo que el sistema proceda a cerrar todos los procesos internos del dispositivo, que siempre están abiertos y que se van acumulando con el uso de las diferentes aplicaciones y herramientas, que no son imprescindibles. Además, al hacerlo mejorará considerablemente el rendimiento y solucionará distintos problemas como los de sobrecalentamiento o memoria en nuestros teléfonos.
No es algo que tengamos que hacer diariamente. Es suficiente con hacerlo una vez por semana. El móvil, al igual que ocurre con otros dispositivos electrónicos, lo más sencillo es apagar o reiniciar cuando tenemos algún problema con ellos. De esta manera, podremos recuperar el rendimiento normal y mejorar la vida útil de nuestro aparato.
A la hora de reiniciarlo, escoge un momento en el que no vayas a utilizar mucho el móvil, ya que gastará algo más de batería y de manera mucho más rápida. Pero eso se compensa con la mejora del rendimiento que vamos a obtener en cada uno de nuestros dispositivos móviles.