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CASI SE QUINTUPLICAN LAS VENTAS DE TABLETS DESDE 2011
Miremos los datos. Así quedará claro cuál es uno de los dispositivos de ocio preferido de los españoles. Repasemos antes el calendario. Era 2011. Compramos 726.634 tabletas. Dos años después, esta cifra casi se quintuplica.
No en vano, en 2013, las ventas de tablets fueron de más de 3,5 millones de unidades. Ello supone, si sumamos, que España compró la friolera de 6.268.96 millones de tabletas en el último trienio, según datos de la consultora de mercado GfK facilitados a TecnoXplora.
Existen varios factores que explican la actual explosión en plena crisis económica. Uno de ellos es, obviamente, el precio, que se ha abaratado cada año, hasta popularizar el dispositivo.
“En España, el precio medio de las tablets fue de 220 euros en 2013, mientras que en Reino Unido, Alemania y Francia los importes medios ascendieron a los 301 euros”, explica Nicolas Marquais, Product Manager Telecommunications, de GfK España.
Con este rango de precios promedio, no es raro que la tabletas se conviertan en el regalo tecnológico perfecto de fechas señaladas, como cumpleaños, Navidad, etc. Incluso, cuando entra en casa como presente o como aparato de teletrabajo, al pasar los años se produce una mayor renovación hacia modelos superiores.
No en vano, en España existe una ratio de obsolescencia mayor en tabletas –el 10% de mortalidad- que en el resto de Europa, según fuentes el mercado.
A ambos factores, precio y ‘plan renove’, habría que añadirle un tercero y, quizás, más relevante. Una tableta permite desvincularte del ordenador, del equipo de música o de la tele, también de la videoconsola y funciona casi como un móvil.
“Se está produciendo una caída en las ventas de ordenadores, a favor de un mayor hábito de tabletas y móviles. La tablet es un dispositivo más vinculado al ocio que el portátil. Lees, navegas, juegas, ves vídeos, escuchas música”, confirma Antonio Quirós, vicepresidente de Bq Readers.
Esta polivalencia genera que cuando llegamos a casa, frente al televisor del salón o en cualquier otra estancia, como en la cama del dormitorio, queramos tener en la mano una tablet. Es un electrodoméstico más.
Así lo creen más de seis millones de usuarios que han comprado una en estos años de profunda crisis económica.