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MÓVILES
Su creador comparte algunos de los prototipos originales.
Nadie duda de que el lanzamiento del iPhone hace ya casi 15 años cambió para siempre la tecnología. Hasta entonces los teléfonos eran toscos, muy limitados, con grandes teclados de goma o plástico, y con pequeñas pantallas. Esto saltó por los aires con el iPhone, que no solo cambiaba por completo el concepto de teléfono, al transformarlo en inteligente y añadirle una gran pantalla táctil, sino que además revolucionaba también la industria del software, con la llegada de las apps y las tiendas como la App Store. Hoy hemos conocido un curioso prototipo del iPhone, que poco tiene que ver, afortunadamente, con lo que terminó siendo.
¿Esperpento o genialidad?
Personalmente me quedo con lo primero, porque desde luego de haber sido este el primer iPhone, a saber, qué es lo que sería del smartphone que todos conocemos, que habría terminado llegando, pero más tarde. En este caso el prototipo de fabricación de Apple nos muestra un teléfono que no se diseñó con vocación de inteligente, como el iPhone que todos conocimos, sino más bien como un híbrido de móvil Nokia y el iPod.
Y dentro de Nokia englobamos a todos los teléfonos que se lanzaban durante aquellos días de diferentes marcas, pero con ese aspecto y prestaciones básicas que proporcionaban pantallas diminutas y grandes teclados. Pero en este caso vemos un teléfono que en esencia solo se parecía al iPhone definitivo en la combinación de colores, plata y negro, y en la manzana de Apple, el resto no tenía nada que ver. Porque vemos un teléfono de tamaño compacto, de los básicos, con los mismos elementos, aunque eso sí, con un aspecto muy original.
Porque en este caso, aunque cuenta con una pantalla entendemos LCD monocromo, podemos ver debajo de ella una rueda similar a la que tenían muchos iPods. Por entonces era tendencia mezclar el concepto de teléfono móvil con el de reproductor de Mp3, y desde luego con este punto de vista era un dispositivo rompedor. Y más si veíamos su parte trasera. Con una cámara que se escondía detrás de una pequeña puerta, y sobre todo con un teclado que podíamos ver en la parte inferior de esta parte posterior, con grandes botones.
Vamos, que era un diseño ya revolucionario por entonces, por este extraño concepto de teclado trasero, en lugar de tenerlo delante debajo de la pantalla, para saber qué es lo que estamos pulsando en cada momento. Este prototipo ha sido desvelado por nada menos que Tony Fadell, el padre del iPhone y el iPod, ahí es nada. Y en realidad este prototipo en concreto se envío a Apple por parte de un tercer fabricante, que quería demostrarle de lo que eran capaces. Hasta el punto de revolucionar y fusionar con el teléfono móvil el que hasta entonces se había convertido en el dispositivo más popular de la historia de Apple, como era su reproductor de música iPod. Hay que dar gracias al buen criterio de Fadell, que no se dejó llevar por estos prototipos y optó quizás por lo más sencillo, el formato más natural para un smartphone, algo que es fácil decir 15 años después.