iPhone 13: confirmada una de sus características más esperadas
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Móviles
La obsolescencia programada es un gran problema para los consumidores. A lo largo de estos años hemos conocido multitud de casos en los que se ha demostrado que algunas prácticas benefician la obsolescencia prematura de muchos dispositivos que con un mínimo soporte por parte del fabricante seguiría funcionando perfectamente. La reparación de dispositivos, sobre todo de móviles, cada vez se ha convertido en algo más en desuso, por muchas razones.
Pero la principal es que muchos de estos dispositivos son tan difíciles y costosos de reparar que no merece la pena invertir más dinero en ellos. Hay algunas empresas que se dedican a puntuar los móviles por la sencillez de sus reparaciones, así como otros dispositivos, y normalmente la gran mayoría, son irreparables salvo en un servicio oficial. Ahora la Unión Europea ha aprobado una nueva normativa que va a obligar a los fabricantes a mostrar claramente un etiquetado en el producto que indique cuál es el índice de reparación de un dispositivo.
Aumentar la vida útil de los productos
Ese es el objetivo final de esta nueva legislación, el evitar en la medida de lo posible los productos electrónicos de un solo uso. Desde Europa quieren que “se desarrolle un etiquetado obligatorio que proporcione información clara, visible y fácil de entender para los consumidores sobre la vida útil estimada y la sencillez de reparación de un producto”. La idea es que el consumidor tenga toda esta información antes de formalizar la compra, de tal manera que pueda decantarse por aquel dispositivo que mejor se adapte a sus necesidades. La idea es que se favorezca la reparación de los dispositivos en lugar de su sustitución por otros nuevos.
Esto es algo que no solo beneficia a los consumidores, sino que es una política que se enmarca dentro de un mercado más sostenible, en el que se intentan reducir al máximo los residuos generados por la continua rotación de nuevos dispositivos en el mercado. De hecho esa era la razón por la que la Unión Europea había instado a unificar los conectores de los móviles, para poder favorecer su reutilización. Un caso notable de obsolescencia programada ha sido el de las impresoras, en el que muchas directamente han dejado de funcionar por alcanzar un ciclo determinado de impresiones, no por un mal funcionamiento, o por la incompatibilidad de nuevos cartuchos.
Francia toma la delantera en el etiquetado
Hoy hemos conocido también que en el país vecino se ha estrenado un índice de reparación que será mostrado en todos los productos susceptibles de este etiquetado. En un índice del 1 al 10, el consumidor podrá saber antes de comprar un dispositivo electrónico, si es fácil de reparar o más bien dodo lo contrario. NSe mostrará una puntuaciónque rápidamente nos dará una idea de lo sencillo que es repararlo. Los primeros dispositivos en contar con este etiquetado en Francia serán los teléfonos móviles, ordenadores portátiles, televisores o lavadoras. Habrá que ver en España si se lleva a cabo algún tipo de etiquetado similar, lo lógico es que más pronto que tarde se haga realidad cuando se está instando a ello desde Europa.