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UN ALGORITMO DETECTA SI QUIEN USA EL SMARTPHONE ES UN NIÑO PEQUEÑO
Podría ser el fin de un largo quebradero de cabeza. El algoritmo que han desarrollado los investigadores de la Universidad de Carolina del Sur, en Estados Unidos, y de la Universidad de Zhejiang, en China, es capaz de detectar si quien utiliza un smartphone es un adulto o un niño menor de 11 años.
El software se basa en la forma de tocar la pantalla para discriminar entre un adulto y un niño. Según los patrones que sigan los dedos, como la forma de pulsar, de deslizar o la presión que se ejerce, el algoritmo identifica el tipo de usuario que maneja el smartphone.
El sistema aún se encuentra en pruebas, pero durante los ensayos la tasa de acierto ha sido lo suficientemente alta como para generar grandes expectativas. Con solo deslizar un dedo por la pantalla –lo que equivaldría a desbloquear el terminal mediante patrón– el software genera un juicio que tiene el 84% de precisión. Pero si a esto se le suman ocho toques en la pantalla, la tasa de acierto sube hasta el 97%.
Las posibilidades de este sistema son amplias dentro de la industria móvil. Sobre todo teniendo en cuenta que el uso de los smartphones de los padres por parte de los niños ha sido fuente de múltiples problemas. A lo largo de estos años, sobre todo cuando aún no había tantas medidas de protección en los dispositivos móviles, los niños han comprado aplicaciones sin saber que gastaban dinero, han comprado objetos en videojuegos sin saber que lo hacían, incluso han podido hacer pedidos en tiendas de comercio electrónico.
Al mismo tiempo, los smartphones permiten a los más pequeños acceder a contenidos no adecuados para su edad, como los relacionados con la violencia o el sexo. Por eso, un sistema de este tipo podría ofrecer una buena dosis de tranquilidad a los padres.
Para crear el algoritmo los científicos desarrollaron una aplicación y pidieron a un grupo de niños (entre 3 y 11 años) y de adultos (entre 22 y 60) que la utilizaran. Solo tenían que desbloquear un terminal Android y avanzar en un juego basado en números. Esto permitió a los investigadores conocer qué diferencias hay en el desbloqueo del teléfono y registrar los toques y pulsos que hacían los usuarios, así como la presión aplicada y el área abarcada con el dedo.
Descubrieron que los niños tocan un área más reducida en la pantalla, debido al tamaño de sus manos y dedos. Otra de las diferencias con los adultos es que el recorrido que hacen los dedos pequeños es más corto y lo hacen más despacio.
A falta de hacer nuevos ajustes, para incrementar más si cabe la precisión del algoritmo, el sistema ofrece una prometedora forma de limitar al acceso a los niños en un smartphone. Si el software detecta que el usuario que maneja el dispositivo es de temprana edad, cuando intente entrar en un contenido inadecuado el terminal se bloqueará.