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Móviles
No hay buenas noticias para el rendimiento del próximo tope de gama de Apple
Cada año Apple lanza su nueva generación de teléfonos inteligentes, este año han sido los iPhone 13, y el próximo lo serán los iPhone 14, a priori. Y hay algo que siempre ha sido habitual en el lanzamiento de estos móviles, que siempre se han convertido en los teléfonos más rápidos del mercado, gracias a los chips desarrollados por la propia Apple. Eso es lo que siempre ha ocurrido, con una serie de evoluciones en sus procesadores que siempre han garantizado un salto en el rendimiento que ha propiciado esa situación. Ahora bien, en 2022 puede que por primera vez en mucho tiempo no veamos ese salto de rendimiento entre una generación y otra, algo que tiene una explicación que de alguna manera se veía venir.
La tecnología de momento no da para más
Como todo en la vida, no hay nada eterno, y parece que la supremacía de Apple con cada nuevo procesador que lanza no va a ser precisamente una excepción. Cada año los principales fabricantes de procesadores del planeta diseñan una nueva generación de estos, que se van fabricando en nuevos procesos. En los últimos años hemos visto procesadores fabricados en el proceso de 12nm, 10nm, 8nm o 5nm como los que hemos conocido en 2021, por ejemplo, el proceso en el que están fabricados los Apple A15 Bionic. Estos procesos, cada vez más sofisticados, permiten introducir más transistores en el mismo tamaño, multiplicando el rendimiento de los procesadores.
Pues bien, parece que latecnología para llegar a fabricar procesadores de 3nm de momento está estancada. Esto quiere decir que se ha llegado a tal nivel de perfeccionamiento de los procesos de fabricación de los procesadores, que se hace casi imposible poder innovar de verdad en este campo con procesadores que puedan ofrecer mejoras significativas en el rendimiento. La realidad es que TSMC, la firma taiwanesa que fabrica los semiconductores para estos procesadores, había planeado lanzar su tecnología de fabricación de 3nm el próximo año 2022, en la segunda mitad de este, algo que ahora parece que no va a ocurrir. Y es que como ocurre en otras muchas facetas de la industria, parece que el cuello de botella de la producción para satisfacer toda la demanda va a hacer imposible que TSMC pueda proporcionar esta tecnología a sus clientes en el próximo año.
Esto es precisamente lo que nos llevaría a ese rendimiento tan decepcionante para el iPhone 14, ya que, por primera vez en mucho tiempo, Apple no podría mejorar la potencia de su procesador a este proceso de 3nm, y debería permanecer en los 5nm. De tal manera que la ventaja de los de Cupertino respecto de los procesadores de Qualcomm o Samsung en los móviles Android se desvanecería, y por tanto tendríamos un móvil muy parecido en rendimiento al iPhone 13, prácticamente sin cambios. De tal forma que cuando se reanude la carrera por alcanzar los 3nm, los tres grandes fabricantes ya se encontrarán en igualdad de fuerzas, y posiblemente los iPhone no vuelvan a disfrutar de esa ventaja de rendimiento, y por tanto este sea más decepcionante, sobre todo en el iPhone 14.