iPhone 13: confirmada una de sus características más esperadas
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Móviles
El FBI ha protagonizado en los últimos tiempos enfrentamientos a cuenta de la seguridad de los teléfonos móviles, llegando a pedir ayuda expresa a Apple para que les permitieran desbloquear un terminal y acceder a la información contenida en él. Ahora, sin embargo, este nuevo roce no tiene nada que ver con el asalto por la fuerza a un dispositivo y sí más con una acción tan aparentemente inocente que muchos nunca pensaríamos que puede constituir un delito.
El caso es que a un operativo del FBI no se le ocurrió mejor idea que obtener una fotografía de la pantalla bloqueada del teléfono de un detenido en la que, aparentemente, se podían leer varias notificaciones. No ha trascendido de qué tipo eran, pero es evidente que los agentes tenían interés por conocerlas por si tenían que ver con el caso así que pensaron que sería buena idea dejar constancia fotográfica de ellas. Ahora, ese aparente gesto inocente puede acarrear serias consecuencias legales.
Sin orden de registro, no hay nada que hacer
Un juez de los EE.UU. acaba de tirar de las orejas al FBI al considerar que no es posible obtener una imagen de la pantalla bloqueada de un teléfono sin una orden judicial. A tanto llegó la reprimenda que en su escrito el magistrado afirma que "el FBI intervino físicamente en el efecto personal del Sr. Sam [...] cuando el FBI encendió su teléfono para tomar una foto de la pantalla de bloqueo". La historia se remonta a mayo del año pasado, cuando un hombre fue arrestado en Washington acusado de varios delitos que tenían que ver con delitos de robo y asaltos.
Según el abogado defensor de Joseph Sam, que así se llamaba el presunto delincuente, en febrero de 2020 el FBI encendió el teléfono para hacer una fotografía que mostraba el nombre de "Streezy". En la moción que denunciaba ese hecho, se argumentó que "esta evidencia no debería haberse buscado sin una orden judicial y, por lo tanto, debería ser suprimida". Según quedó probado, tanto la policía como el FBI llevaron a cabo acciones similares aunque en el caso de la agencia federal, sí que estaban obligados a contar con una orden judicial para tomar esa instantánea de la pantalla.
Aun así, los abogados del FBI argumentaron que el sospechoso "no debería haber tenido expectativas de privacidad en su pantalla de bloqueo", porque las notificaciones y mensajes que aparecen en ella son poco menos que de dominio público, ya que se trata de información que cualquiera podría ver al interactuar con el móvil encendido. Ahora bien, el juez enmendó a la defensa ese argumento recordando que "el Gobierno obtuvo las evidencias al entrometerse físicamente en un área protegida constitucionalmente".
En un país como EE.UU., donde la jurisprudencia y las sentencian marcan muchas de las leyes que rigen su democracia, este fallo puede provocar un pequeño terremoto en esas evidencias que se utilizan para investigar delitos sin llegar a asaltar oficialmente un teléfono móvil. Ahora, lo que parece claro, es que la pantalla de bloqueo de nuestro smartphones forma parte del ámbito de nuestra intimidad. Al menos en EE.UU. ¿Fallaría en un sentido parecido un juez en España?